El Real Mallorca empieza hoy a recorrer el camino que debería conducirle de vuelta a Primera División en junio. Esa es nuevamente la premisa, expuesta de forma clara por Fernando Vázquez y más tímidamente por Maheta Molango y parte del vestuario. Es la cuarta temporada consecutiva en Segunda, ahora llamada Liga 123, y los bermellones necesitan convencer desde el primer día de que esta vez se lo van a tomar en serio.

Empezar con buen pie implica invertir la dinámica de las tres últimas temporadas y arrancar la competición con victoria. El Mallorca ha inaugurado todos los cursos con derrota desde que descendió, pero esta vez el vestuario confía en liberarse de esa losa. Debutar en casa y ante un recién ascendido debería ayudar. La exigencia es alta y hay que confirmar las buenas sensaciones de la pretemporada desde ya.

El Reus será el primer termómetro fiable para calibrar las fortalezas y debilidades de la plantilla. Los tarraconenses han armado un bloque modesto y entusiasta para amarrar la permanencia en su debut en el fútbol profesional. Nunca en sus 107 años de historia habían pasado de la Segunda B, pero al Mallorca se le presuponen recursos más que suficientes para romper las defensas de su primer adversario.

El inicio de una nueva temporada supone hacer borrón y cuenta nueva con respecto a la anterior, finiquitada con una agónica permanencia. Hay ánimos renovados y caras nuevas en la plantilla, pero en el banquillo se sienta el mismo entrenador que dirigió al equipo la segunda vuelta. Vázquez es muy optimista con respecto a su capacidad para liderar el proyecto, pero con él habrá menos paciencia.

El gallego ha tenido tiempo para ir mascando el once titular. El grueso de los refuerzos llegó en julio y el técnico ha tenido un mes y medio para meter en la cabeza de los futbolistas su idea de juego. Tiene a su disposición a todos sus efectivos salvo al lesionado Alberto López y al sancionado Óscar Díaz. Previsiblemente arrancará con un 4-4-2, su sistema predilecto, pero horas antes del debut la gran duda se centra en la portería.

Jesús Cabrero o Roberto Santamaría. El primero, renovado por sorpresa la primera semana de julio, ha rendido a un gran nivel durante los amistosos de pretemporada. El navarro, en cambio, ha dejado un reguero de dudas. Vázquez no desvelará la incógnita hasta poco antes de que arranque el encuentro.

Tampoco está claro quién empezará siendo la referencia ofensiva. Ese papel le corresponde en teoría a Lekic, pero su tardía incorporación a la plantilla le podría dejar hoy de inicio en el banquillo en beneficio de Colunga.

La competición supondrá un examen para Maheta Molango y Javi Recio, principales responsables de la planificación deportiva para lo bueno y para lo malo. El consejero delegado y el director deportivo han apostado por una mezcla de veteranía y juventud, convencidos de que todos los futbolistas que han reclutado para el proyecto tienen un gen competitivo que escaseó la pasada temporada.

Robert Sarver y Andy Kohlberg -esta tarde presente en el palco de Son Moix- vigilarán la evolución de un equipo al que como mínimo se le exigirá que dé la batalla por subir a Primera. Este verano Molango ha tenido tiempo y autonomía para trabajar, ya sin las urgencias que le llevaron a moverse casi a la desesperada el pasado mercado de invierno. Se juega mucho, como todos.