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En el alambre

La continuidad de Claassen y Nadal, señalados como dos de los grandes responsables del fracaso del curso, está en el aire

Claassen, Nadal e Iván Campo, en el palco de Butarque esta temporada. enrique de la fuente

Finiquitada la temporada, empieza el largo partido que se juega en los despachos con dos nombres propios que sobresalen por encima del resto: Utz Claassen y Miquel Àngel Nadal. Ambos, señalados como dos de los principales responsables del último fracaso deportivo del equipo, pueden abandonar la entidad balear víctimas de los cambios en la entidad que ejecutará Maheta Molango.

El presidente y el director deportivo han ido perdiendo peso en la escena rojilla desde que el grupo norteamericano capitaneado por Robert Sarver asumió las riendas de la institución bermellona. Voluntariamente en el caso del alemán; involuntariamente el manacorí.

Molango anunció "cambios" minutos después de que el Mallorca sellara la permanencia en el feudo del Valladolid. De puertas hacia adentro, en el club se da por hecho que el ciclo de Claassen ha terminado, y que no será el presidente del Consejo de Administración la próxima temporada.

Claassen, aquejado de problemas de salud durante algunas semanas después de firmar el cambio de propiedad, declinó cumplir con su labor representativa en el palco de Son Moix, en los desplazamientos del equipo y hasta en los consejos de administración que sobre el papel preside. En el último de ellos, celebrado hace dos semanas, ni siquiera apareció por videoconferencia.

Al alemán se le vio por última vez en público presidiendo el partido del Centenario contra el Oviedo en compañía de Sarver, quien se había desplazado a la isla para celebrar la efeméride. Después de aquella jornada, se esfumó sin dar explicaciones.

La desaparición de Nadal del primer plano fue consecuencia de la irrupción de Molango, que desde el primer día asumió el mando de las operaciones deportivas que se realizaron el pasado mercado de invierno. El director deportivo fue relegado a un papel secundario durante aquellas intensas semanas de enero, y ni siquiera apareció en las presentaciones de los refuerzos como sí hacía cuando Claassen era el máximo accionista.

Nadal sigue siendo formalmente el director deportivo del Mallorca, pero su continuidad está en el aire. Estas últimas semanas se ha desplazado para ver en directo a algunos jugadores que podrían ser interesantes por orden de Molango, pero su pérdida de peso e influencia en el organigrama es evidente desde hace mucho tiempo.

Tanto Nadal como Claassen representan el pasado en un momento en el que el Real Mallorca se prepara para iniciar un ambicioso proyecto avalado por los inversores norteamericanos. El presidente y el director deportivo fueron los dos principales responsables de la defectuosa planificación deportiva que condujo al equipo a un permanencia agónica. Y desde el club crecen las voces que apuntan a que ninguno de los dos tiene sitio en el nuevo ciclo que inaugurará la entidad.

Un presidente impopular

El alemán tiene además muy poco predicamento entre un mallorquinismo que, en su mayoría, le sigue asociando con aquella guerra civil entre accionistas que sembró el caos en la institución durante casi tres años. Su figura sigue siendo muy impopular entre un amplio sector de la grada, el hecho de que ni siquiera estuviera presente en la 'final' de Pucela no ha hecho más que deteriorar su reputación.

No está claro quién le sucederá en el sillón presidencial cuando se confirme su salida. Monti Galmés, actual vicepresidente, es una de las opciones que aparece en todas las quinielas.

Andy Kholberg, accionista de la institución bermellona y mano derecha de Sarver en los Phoenix Suns, declaró la pasada semana en una entrevista concedida a este diario entrevista concedida a este diarioque la situación de Claassen y Nadal se trataría una vez finalizada la temporada, dejando en el aire el futuro de los dos hombres con más poder en el club a principios del pasado curso.

El propio Kholberg afirmó que la planificación deportiva de este verano descansará sobre los hombros de Steve Nash y del propio Molango. El estadounidense, ex jugador de élite de la NBA, es un gran aficionado al fútbol y, por lo que cuenta, buen conocedor de los entresijos de este deporte. Lo que no ha trascendido por ahora es si se nombrará a otro director deportivo.

Son nuevos tiempos en el Mallorca, y la propiedad norteamericana no quiere dar un paso en falso ahora que tiene tiempo más que suficiente para edificar un proyecto deportivo desde el principio. Teóricamente el objetivo volverá a ser el ascenso a Primera, pero todavía se desconocen cuáles son los planes de la propiedad.

El primer paso será dar la baja a varios de los jugadores con contrato con los que no se cuenta.

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