Por los pelos y gracias a los méritos de los demás. El Real Mallorca ha conseguido permanecer en Segunda División después de imponerse en Valladolid y aprovechar el empate de Almería y la derrota Ponferradina, que deja a los leoneses en la división de bronce. El club no dependía de sí mismo en la última jornada, pero su triunfo y los resultados de sus rivales le han permitido mantenerse en la categoría y evitar descender la temporada del centenario, algo que habría supuesto una humillación eterna. Sin embargo, la carambola final no oculta la desastrosa temporada deportiva, especialmente fuera de casa con solo tres victorias, que ha realizado el equipo. Solo los fallos de sus rivales han permitido que el Mallorca no esté ahora fuera del fútbol profesional.

Consciente de lo que se jugaba, el Mallorca salió con actitud ofensiva recordando el encuentro ante el Elche. A los tres minutos, Ortuño tuvo la primera ocasión pero su tiro con la pierna izquierda se marchó desviado. Sin embargo, un pase atrás de Damià Sabater en el minuto 7 supuso que Juan Villar se quedase en solo ante Timon y marcase. Siguiendo los problemas habituales de la temporada, el Mallorca empezaba perdiendo en la primera ocasión en contra.

Los nervios se instalaron de nuevo en los visitantes, que a punto estuvieron de empatar de nuevo gracias a Ortuño, cuyo disparo con la pierna izquierda se marchó fuera por muy poco. No obstante, a medida que pasaban los minutos era el Valladolid el que se animaba a atacar. Los nervios mermaban a los visitantes.

Antes de llegar a la media hora, el duelo parecía que estaba ya en el noventa. Un equipo lleno de ansiedad que no sabía qué hacer para crear ocasiones. Lo más parecido a una ocasión fue un disparo que se marchó por encima del larguero. Cuando más perdido estaba el equipo, apareció Brandon. El canterano puso el empate con un excelente disparo con su pierna izquierda desde fuera del área que se coló por la escuadra. Quedaban diez minutos para el descanso y los de Vázquez seguían presionando.

Durante esos últimos minutos, un cabezazo de Yuste se fue al palo y Lago casi marca de chilena en la siguiente jugada. El Mallorca estaba reactivado y su ambición tuvo premio. Brandon, otra vez, puso por delante a su equipo aprovechando robo de Sissoko. El delantero de Santanyí batió a Bruno Varela con un tiro cruzado al segundo palo. Con ese tanto, el equipo se mantenía en Segunda.

Tras el descanso, el Mallorca no mantuvo la misma actitud y se echó atrás con un ritmo más lento. Estaba más pendiente de los otros partidos que de marcar. Tampoco tuvo demasiada suerte porque el árbitro no vio un penalti en el área del Valladolid. La tranquilidad llegó gracias a Pereira, que puso el 1-3 con un fuerte chut desde fuera del área en el minuto 62.

A partir de ahí el Mallorca bajó más el ritmo y el encuentro perdió interés gracias al gol del Córdoba, que dio mucha tranquilidad a afición, jugadores y banquillo. Hubo mucho sufrimiento, pero la jornada acabó con el equipo en Segunda y evita la humillación histórica que habría sido descender en el año del Centenario.