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Real Mallorca

Operación Pucela

Unos 600 hinchas rojillos espolearán al Mallorca en el Nuevo Zorrilla, donde el equipo tratará de evitar un dramático descenso a Segunda B

Operación Pucela

Habrá una nutrida representación del mallorquinismo el sábado en las gradas del estadio Nuevo Zorrilla, donde está previsto que al menos 600 aficionados espoleen al conjunto bermellón en el último y definitivo encuentro de la temporada por la permanencia. Atendiendo a la elevada demanda de hinchas para viajar a Córdoba, Air Europa accedió ayer a fletar un tercer avión con destino Valladolid. Y no se descarta que esta mañana la compañía aérea ponga a disposición de los aficionados más rezagados un cuarto aparato, aunque en este caso volaría a Madrid.

Mañana por la mañana saldrán de Palma tres vuelos en diferentes horarios con medio millar de mallorquinistas a bordo que aterrizarán en el pequeño y normalmente poco transitado aeropuerto de Valladolid.

Por otro lado, el club tiene constancia de que alrededor de un centenar de hinchas se desplazarán a la ciudad castellanoleonesa por su cuenta porque han hecho llegar al Mallorca peticiones de entradas.

Además del vuelo de ida, los paquetes ofrecidos por Viajes Halcón incluyen la vuelta por Madrid la madrugada del sábado al domingo al precio de 121 euros. Los socios solo pagarán 99 euros porque el Mallorca subvenciona sus vuelos con 22 euros. Además, se hace cargo del coste del traslado del estadio a Barajas y de las entradas para ver el encuentro.

El partido de Pucela ha despertado un inusitado interés por lo mucho que hay en juego, nada menos que un descenso a Segunda B. Será, de calle, el desplazamiento de aficionados más numeroso en una temporada en la que la presencia de mallorquinistas en los partidos a domicilio ha sido muchas veces testimonial.

Previsiblemente el estadio estará medio vacío porque los locales no se juegan nada. Amarraron la permanencia la pasada semana y, si no hay primas de por medio, no deberían oponer una gran resistencia a un Mallorca que se juega la vida.

La hinchada bermellona se dejará oír en una grada semi desértica, pero su estado de ánimo fluctuará en función del marcador del Nuevo Zorrilla y los de los otros dos escenarios en los que el conjunto de Fernando Vázquez se jugará la vida: El Toralín de Ponferrada y El Arcángel de Córdoba.

El Mallorca no depende de sí mismo para conquistar la permanencia, por lo que necesita la victoria y que Almería o Ponferradina tropiecen en sus respectivos compromisos ante el Córdoba y el Girona. Será una tarde de transistores en la que no habrá desenlace hasta la conclusión de los tres partidos.

Es el encuentro más importante de la historia reciente del Real Mallorca, que podría volver a una Segunda B en la que no milita desde la temporada 1980/81. Sería el colofón a una temporada horrorosa que empezó con la exigencia de subir a Primera División y que termina con el mallorquinismo conteniendo el aliento.

Hace ahora dos años la hinchada bermellona ya se movilizó para viajar a El Arcángel, donde el conjunto rojillo también se jugó la permanencia en otro agónico final de Liga. El partido acabó con 1-1, resultado que valió al Mallorca para mantenerse y al Córdoba para jugar el 'play-off'. Aquella calurosa tarde de junio se juntaron en la grada unos 300 mallorquinistas, la mitad de los que apoyarán a la entidad balear en Valladolid.

Hay muchos nervios en el club por lo que pueda suceder mañana por la noche. La propiedad norteamericana representada en las isla por Maheta Molango ha asegurado que el proyecto continuará en caso de descenso a Segunda B, pese a que el Mallorca quedaría fuera del paraguas de la Liga de Fútbol Profesional y del reparto de los derechos de televisión. Quedan solo unas horas para conocer la suerte del grupo rojillo.

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