Estar pendientes un miércoles por la noche de un Llagostera-Almería y de un Ponferradina-Albacete explica lo espantosa que ha sido la temporada para el Mallorca. Pero más allá de los análisis que intenten explicar los motivos de este desastroso curso, ahora ya es mejor esperar unos días hasta que la salvación sea una realidad. Y, visto lo visto, ya no parece que sea tan complicada porque los rojillos dependen de sí mismos para seguir en la Liga Adelante. Es cierto que el Córdoba de Oltra vendrá con el cuchillo entre los dientes porque se juega meterse en la promoción, pero después de ver al Leganés, Alavés, Elche, Osasuna, Oviedo o cualquiera de los de arriba, está claro que le puede ganar. Y es que los de Vázquez, que son un horror fuera de casa, en el Iberostar Estadio se están mostrando más o menos fiables. Además, siempre queda el recurso de acudir a Valladolid, ante un rival ya salvado, para conseguir el último triunfo.
La barra libre de cerveza y salchichas que regalará el club a los abonados este domingo en la previa del duelo ante el Córdoba es un buen gesto con los que pagan religiosamente su carnet en verano. Aunque precisamente los sufridos socios, los que van todo el año y aguantan esperpentos como los de los últimos cuatro años, no precisan de alicientes como este, entre otras cosas porque quizá los nervios no les dejen humor ni para beber ni para comer. O sí. Cada uno vive el fútbol como lo siente.
