Jornada irregular para los intereses del Real Mallorca. Las buenas noticias llegaron del Municipal de Palamós, donde el Llagostera y el Almería firmaron un empate que complicó la existencia a los dos equipos y oxigenó al conjunto de Vázquez. Las malas surgieron en El Toralín, donde la Ponferradina ganó en el descuento al Albacete, que ya es oficialmente equipo de Segunda B.

La salvación estará en un máximo de 50 puntos. Así que en el peor de los casos, el Mallorca necesitará un triunfo y un empate.

La calculadora dice que el Mallorca tiene al alcance la permanencia matemática el domingo en la visita del Córdoba a Son Moix, aunque lo más probable es que el desenlace se aplace hasta la última jornada, cuando tocará medirse en Zorrilla a un Valladolid que, salvo sorpresa mayúscula, estará salvado.

El grupo de Vázquez confirmará su presencia en Segunda División la próxima temporada si gana al Córdoba, la Ponferradina pierde en su visita a Tenerife y el Almería no gana al Mirandés en los Juegos del Mediterráneo.

Al Mallorca incluso le valdría con firmar tablas ante el conjunto de José Luis Oltra, aunque en ese caso tendrían que alinearse todos los astros para certificar la permanencia. Necesitaría que el Almería perdiera, y que el Llagostera no ganara su partido en Butarque. En ese caso daría igual lo que hiciera la Ponferradina.

Una derrota del grupo de Vázquez alargaría el suspense hasta el desplazamiento a Valladolid, aunque podrían perder la iniciativa.

Porque ahora mismo la parte más positiva de la situación del Mallorca es que alcanzará la última jornada de Liga dependiendo de sí mismo tanto si gana como si empata su partido contra el Córdoba, independientemente de lo que hagan sus rivales por la permanencia. La parte negativa es que los bermellones son los únicos que el próximo domingo se medirán a un adversario que se juega algo.

El Córdoba llegará lanzado a Son Moix después de golear 0-3 al Mirandés en Anduva y con muchas opciones de certificar su clasificación para jugar el 'play-off' si vence a los bermellones. El grupo de Oltra y de Xisco Jiménez, sexto a falta de que Zaragoza y Oviedo disputen hoy sus encuentros, pasa por un buen momento después de haber sumado tres victorias en los últimos cuatro encuentros. Por otro lado, este curso a los andaluces se les han dado relativamente bien sus duelos a domicilio.

Una derrota del Mallorca, combinada con una victoria del Almería y un empate de la Ponferradina metería a los rojillos en descenso para afrontar el cierre.

Quien más fácil lo tiene es el Almería. Es cierto que el conjunto de Soriano necesita ganar, pero recibe a un Mirandés que ya está de vacaciones y que ayer fue vapuleado por el Córdoba.

Tampoco se juega nada el Tenerife de Pep Lluís Martí, pero la Ponferradina flojea lejos de El Toralín.

Lo tiene francamente mal el Llagostera, que necesita ganar los dos partidos que le quedan contra el Leganés y el Zaragoza, y esperar que Mallorca y Ponferradina pierdan todo lo que les queda. Es decir, un auténtico milagro.

El otro implicado es el Huesca, que esta tarde tiene un difícil compromiso ante el Zaragoza. Para estar tranquilos los oscenses necesitan un triunfo.