El delantero del Mallorca logró en el minuto 79 lo que tanto había buscado a lo largo de los noventa minutos. Cuando la desesperación empezaba a imperar entre los jugadores y los aficionados, un centro desde la izquierda de Oriol fue rematado por Ortuño con un testarazo que hizo inútil la estirada del guardameta venezolano del Tenerife Dani Hernández. El delantero murciano corrió hacia la banda para fundirse en un emotivo abrazo con su entrenador Fernando Vázquez, acabando con las dudas de su mala, aunque difícil relación. Ortuño mereció antes el premio del gol, porque disfrutó de dos buenas ocasiones en los minuto 62 y 78, solo un minuto antes de que perforara la portería tinerfeñista. Su gol da vida al equipo y rompe una racha de seis jornadas sin conocer la victoria.
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La cara