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Liga Adelante

El Mallorca se aferra a Son Moix

El equipo rojillo confía en sus aceptables números como local para lograr la permanencia - Los 29 puntos de esta temporada en el Iberostar son el mayor botín desde el descenso

El Mallorca se aferra a Son Moix

La esperanza del Real Mallorca reside en Son Moix. En lo que pueda hacer delante de su afición en los tres partidos que le restan en Palma, ante el Tenerife de Pep Lluís Martí, el Elche y el Córdoba de José Luis Oltra. Los aceptables números del equipo en el Iberostar son los que consiguen mantener la llama de la esperanza entre los aficionados mallorquinistas, que por tercera temporada consecutiva ven cómo su equipo sufre para mantener la categoría.

Pese a la discreta temporada, los 29 puntos que ha acumulado el Mallorca en su estadio es el mayor botín obtenido desde el descenso a Segunda, en la campaña 2012-13. No es una cifra para tirar cohetes, pero si se compara con las dos temporadas precedentes los números son al menos dignos. En la pasada temporada el equipo alcanzó los 28 puntos en la jornada 36, en la que nos encontramos, y 26 en la 2013-14, el primer año en Segunda después de acumular hasta dieciséis temporadas en la máxima categoría.

Siete de las nueve victorias se han obtenido en Son Moix, donde se han cedido ocho empates y tres derrotas (Huesca, Valladolid y Bilbao Athletic). Si el equipo mantiene el nivel competitivo en Palma, como demostró ante el Alavés el pasado sábado, o en las victorias ante el líder Leganés o el Oviedo, hay motivos para pensar que el equipo de Vázquez mantendrá la categoría.

Tenerife, Elche y Córdoba son rivales que aspiran todavía a meterse entre los seis mejores y disputar el play off de ascenso, lo que acentúa su peligrosidad. Pero el Mallorca ha demostrado en casa que es capaz de plantar cara a cualquiera. Consigue no hacer fáciles los partidos a los rivales lo que, a falta de otras virtudes, es un dato a tener en cuenta.

Fuera

Los números en casa contrastan con los que el equipo presenta lejos de Son Moix. Por aquí hay que empezar a buscar las razones de que el Mallorca luche por la permenencia a seis jornadas del final del campeonato. Únicamente once puntos ha sumado el equipo en los desplazamientos, traducido en dos victorias (Huesca y Ponferradina) y cinco empates. El resto, once derrotas que han lastrado al grupo de Vázquez, que se transforma para mal cuando no juega delante de su afición. Si el equipo se hubiera mostrado más regular en sus salidas, posiblemente estaría ahora luchando por meterse entre los seis primeros, una meta que todavía no ha conseguido desde milita en la categoría de plata.

La pasada temporada se sumaron catorce puntos en las salidas en la jornada 36, producto de una victoria más que en la actual campaña, y hace dos el equipo acumulaba 18 puntos, en la mejor cosecha hasta el momento desde su descenso. La suerte aquel año es que el equipo sumó 26 como local para un total de 44 en esta jornada 36. Y se logró la permanencia en una agónica última jornada en Córdoba con 51 puntos, una cantidad que no será necesario alcanzar este ejercicio.

Si las jornadas que restan por disputarse transcurren con un mínimo de lógico, lo más probable es que la permanencia esté en los 46-47 puntos. Es decir, el Mallorca necesita al menos dos victorias y un empate para verse libre de cualquier contingencia.

En previsión de que falle en Palma, que es posible porque el equipo tampoco ha sido un dechado de regularidad, el Real Mallorca buscará los puntos que le hacen falta en Albacete, el próximo domingo, en el que a priori es el desplazamiento más asequible, Girona y Valladolid. El equipo manchego, con 33 puntos, a siete de la salvación, se juega ante los rojillos su último cartucho para mantenerse en la pelea, por lo que al Mallorca no le espera precisamente un partido fácil. El Girona está enrachado y se ha convertido en el mejor equipo de la segunda vuelta, por lo que ahora mismo parece una plaza inabordable por el pobre rendimiento que ofrecen los de Vázquez.

Finalmente, el equipo despedirá el Campeonato de Segunda A el primer fin de semana de junio en Pucela ante un Valladolid que, previsiblemente, no se jugará nada, lo que en principio es un factor a favor de los intereses mallorquinistas. Pero se espera que el equipo haya hecho los deberes en casa para evitar sustos de última hora. Son Moix tiene la palabra.

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