Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El equipo

El centenario de Vázquez

El gallego alcanza sus primeros cien días como entrenador del Mallorca con solo veinte de los cuarenta y cinco puntos posibles en juego - En los últimos cuatro encuentros ha encadenado su peor racha desde su llegada, con dos empates y dos derrotas

Fernando Vázquez protesta una decisión arbitral durante el partido del sábado en el Iberostar Estadio ante el Alavés. Guillem Bosch

­Fernando Vázquez ha alcanzado su particular centenario en esta segunda etapa en el Mallorca, aunque de momento no está siendo ni tan plácida ni tan feliz como se las prometía hace ahora cien días. Solo faltan seis encuentros para el final de la Liga y la permanencia está lejos de ser atada. Y eso que todo apuntaba a que no haría falta llegar a la última jornada para sellar una salvación que debe dar paso al ambicioso proyecto de la próxima temporada con el ascenso a Primera División como objetivo. Pero mejor ir por partes porque luchar por volver a la elite pasa por salvar los muebles ahora.

Desde su aterrizaje en el banquillo rojillo ha sumado veinte de los cuarenta y cinco puntos posibles. Un balance irregular ya que no alcanza la mitad de los que estaban en juego y que se ha visto manchado por la última mala racha de los bermellones, que de los cuatro encuentros anteriores solo ha sacado dos empates y dos derrotas. Sin embargo, los guarismos del gallego todavía son mejores que los presentados por Albert Ferrer y Pepe Gálvez, que lograron los mismos puntos pero con seis encuentros más.

Vázquez tiene ganas de centrarse en el próximo curso, pero los resultados no le dejan. Y eso que heredó un equipo que estaba en descenso justo cuando comenzaba la segunda vuelta, que coincidió con su llegada. Venció de forma consecutiva al Alcorcón y Ponferradina y todo apuntaba a una enorme reacción ya que, al menos, ya estaban fuera del fuego. Pero nada más lejos de la realidad porque la derrota ante el colista Bilbao Athletic y Numancia, con una horrible imagen, más el empate ante el Nàstic, enrarecían el ambiente. Muchas voces, además, criticaban el juego de un Mallorca reforzado en el mercado invernal a golpe de talonario y que seguía sin salir de abajo. Se le acusaba de practicar un juego demasiado defensivo y especulativo, sobre todo teniendo en cuenta el tipo de jugadores que había fichado. Probó el 4-4-2 y después prefirió el 4-1-4-1, con tres centrocampistas, pero seguía sin dar con la tecla.

No obstante, el triunfo en el partido del Centenario ante el Oviedo, y la victoria en Huesca frente a un adversario directo, a pesar de la derrota en Llagostera de por medio, le dieron algo de crédito en su mensaje. Los empates ante el Mirandés y Almería en los Juegos Mediterráneos, a pesar de mostrar un juego muy criticado, pero sobre todo el triunfo ante el líder Leganés, con una buena segunda parte, dejaban al Mallorca con cinco puntos de ventaja sobre el descenso más el golaverage.

Era una ventaja que ya parecía importante y que daba la razón a un Vázquez que podía presumir de que había conseguido más de la mitad de los puntos en juego -dieciocho de treinta y tres posibles en ese momento-. No solo eran números de salvación sobrada, sino que si la Liga hubiera empezado en la segunda vuelta, estaría luchando por el ascenso directo. Sin embargo, cuatro encuentros después, se ha dilapidado la ventaja y la dinámica de resultados no invita al optimismo. Y eso que en Zaragoza, frente a un rival que pugna por regresar a Primera, los rojillos cuajaron un buen fútbol y llegaron a adelantarse en el marcador, pero los maños le dieron la vuelta en un duelo marcado por la expulsión de Aveldaño. Frente a Osasuna, otro conjunto que también tiene aspiraciones, volvieron a ponerse por delante, pero tras una acción absurda cedieron el empate. El Mallorca había elevado su nivel de juego, eso seguro, pero no sabía resolver sus partidos.

En Lugo fue diferente porque volvió a pecar de falta de intensidad y repitió errores defensivos que ya se creían olvidados, aunque curiosamente se quedaron sin premio por un cruel gol en el tiempo de descuento que frustó el empate. Y el pasado sábado ante el Alavés, mejor visitante de la Liga Adelante, fue mejor, pero el punto obtenido no deja satisfecho a un Vázquez que tiene la mosca detrás de la oreja. Lo mejor que le puede pasar es que su segundo centenario como técnico del Mallorca sea bien diferente al primero... Y con el equipo en Segunda.

Compartir el artículo

stats