Arana fue sustituido en el minuto 70, pero hizo méritos para abandonar el campo mucho antes. La aportación del andaluz fue prácticamente nula. La primera parte, como la mayoría de sus compañeros, se la pasó persiguiendo sombras. Ni rastro del jugador desequilibrante, que desborda por su banda. Todo lo que no hizo él en 70 minutos, a Salomao, su sustituto, le bastaron veinte para hacer lo que Vázquez quería, correr la banda y colocar buenos centros, como el que puso a diez minutos de final cuando Damià consiguió el gol del empate. Arana deberá mejorar mucho su rendimiento si quiere seguir conservando la titularidad. Su suerte es que Lago no está para muchas cosas y Salomao es un jugador que juega a rachas, aunque tal vez haya llegado su hora para demostrar que Vázquez lo ha fichado por algo.
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La cruz