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Molango entierra el proyecto de Claassen de girar el campo

El consejero delegado desistió de la licencia de obras el 27 de enero, solo tres semanas después de que el grupo de Sarver asumiera el control del Mallorca - La actual propiedad no ve prioritaria la reforma de Son Moix

Perspectiva de Son Moix desde la grada Sol durante el partido del Centenario el 5 de marzo. isaac sutorras

El grupo de inversores norteamericanos encabezado por Robert Sarver ha enterrado el proyecto de Utz Claassen de girar 90 grados el terreno de juego. El Real Mallorca desistió de la licencia de obras el pasado 27 de enero, según confirmó ayer el departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de Palma a DIARIO de MALLORCA. Lo que significa que la nueva propiedad, representada en la isla por Maheta Molango, solo tardó tres semanas en liquidar el ambicioso proyecto del alemán desde que asumió el control del accionariado el día 4 del mismo mes.

Cort ya había otorgado la licencia de obras al Mallorca, que a su vez había depositado una fianza de algo más de cinco mil euros que le ha sido reintegrada.

A día de hoy no existe un proyecto alternativo para eliminar las pistas de atletismo y acercar la grada al terreno de juego. La propiedad también considera que es necesario reformar Son Moix, pero por el momento no lo ve como una prioridad.

De este modo, se esfuma la idea de Claassen de cambiar la orientación del terreno de juego del actual Norte-Sur a Este-Oeste. Esta modificación iba a implicar que la tribuna Cubierta y la de Sol iban a quedar ubicadas detrás de las porterías. En los laterales se habrían levantado dos tribunas provisionales como la que se ubica ahora en el Fondo Norte.

Claassen consideraba que la mejor opción para eliminar las incómodas pistas era cambiar la orientación de Son Moix. Y defendía que en última instancia el Mallorca iba a dotarse de un estadio propio del siglo XXI, destinado a convertirse en un referente arquitectónico en Europa.

El presidente y accionista bermellón -conserva un veinte por ciento de los títulos- quería llevar a cabo su plan el pasado verano para tener el terreno de juego a punto de cara al inicio de la presente temporada. Incluso alquiló maquinaria para empezar las obras un minuto después de que Cort le concediera los permisos. Pero los trámites administrativos se retrasaron más de lo que Claassen había previsto y tuvo que resignarse a aplazar las obras hasta este verano.

El alemán había logrado el compromiso de Cort de girar el campo, pero debido a la falta de tiempo antes de que empezara la Liga se conformó con empezar colocando la actual grada provisional. "El proyecto que nos planteó inicialmente el club requería de una licencia de actividad permanente que tarda en torno a dos meses. En cambio colocar unas gradas supletorias en los fondos solo necesitará de una licencia de actividad no permanente que se puede conseguir en poco tiempo", explicó en julio el regidor de Urbanismo del Ayuntamiento, Antoni Noguera, en una rueda de prensa conjunta con Claassen.

El proyecto no ha interesado a Molango. A nivel de infraestructuras el consejero delegado ha preferido empezar por acondicionar Son Bibiloni. La Ciudad Deportiva está a punto de abrir un centro de convivencia en un local que llevaba años vacío, y se han ejecutado diversos trabajos de mejora para más comodidad de los canteranos y los técnicos.

La reforma de Son Moix, un engorro para todos los propietarios que han pasado por la institución bermellona en los últimos quince años, es un asunto pendiente para Molango y los inversores norteamericanos, pero se considera que la prioridad es construir un proyecto deportivo ganador que devuelva al club a Primera División.

Sarver mostró su decepción con el estadio mallorquinista en su primera comparecencia pública en enero, pero todavía hay que esperar para saber qué tiene en mente.

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