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Liga Adelante

El Mallorca no remata la faena

El bloque rojillo se ha dejado empatar o remontar en diez partidos pese a haberse adelantado en el marcador - Ninguno de los tres entrenadores que han pasado por el banquillo ha dado con la tecla para evitar que el equipo regale lo conquistado

Roberto Torres marca de penalti el gol que supuso el empate para Osasuna. manu mielniezuk

­El Real Mallorca es un chollo incluso cuando se adelanta en el marcador. Hasta en diez ocasiones esta temporada el conjunto bermellón se ha puesto por delante en un partido y ha permitido la remontada del rival. Ninguno de los tres entrenadores que han pasado por el banquillo este curso han dado con la tecla para cerrar los encuentros y contagiar la tranquilidad necesaria a los futbolistas cuando han conseguido lo más difícil: tener un gol de ventaja.

Tampoco el domingo marcar primero fue sinónimo de victoria. El Mallorca se adelantó con un gol de Ortuño en la primera parte, pero Osasuna empató poco después del descanso al materializar un penalti cometido por Kasim. Para entonces los navarros ya eran dominadores absolutos del encuentro porque supieron explotar el miedo de los bermellones a perder la mínima renta cosechada

Lo cierto es que a los rojillos les entra temblor de piernas cuando llevan la iniciativa. Se echan atrás -más por instinto que por instrucciones desde el banquillo- para proteger lo ganado y dan alas a unos adversarios que no encuentran demasiadas dificultades para igualar o incluso dar la vuelta al marcador.

Cuatro veces han caído derrotados los bermellones este curso pese a haber propinado el primer golpe. Contra el Bilbao Athletic -en la ida y en la vuelta-, Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López y Real Zaragoza en La Romareda.

Y frente a otros seis rivales se dejaron empatar: Almería en los Juegos del Mediterráneo, Mirandés, Girona y Lugo en Son Moix, Oviedo en el Carlos Tartiere y Osasuna el pasado domingo en Palma.

El Mallorca ha sufrido a lo largo de la presente campaña frecuentes baches anímicos fruto de su situación clasificatoria y de su incapacidad para enlazar una serie de buenos resultados que le permitieran instalarse en la zona cómoda de la tabla. El miedo a perder ha planeado en muchos partidos de los rojillos, que casi nunca se han permitido una victoria holgada.

Albert Ferrer y Pepe Gálvez reclamaban a sus futbolistas mantener la iniciativa incluso después de adelantarse en el marcador. Fernando Vázquez, en cambio, es partidario de replegarse atrás y esperar un contragolpe. Ninguna de estas dos filosofías ha tenido éxito a la hora de mantener resultados favorables.

De este modo, Vázquez ha visto cómo el Bilbao Athletic y el Zaragoza remontaban a su equipo, y Mirandés, Almería y Osasuna le empataban pese a que sus planteamientos conservadores deberían allanar el camino para proteger una victoria.

Por contra, esta temporada el Mallorca solo ha conseguido igualar dos veces un encuentro después de empezar con derrota. Fue ante el Nàstic en Son Moix y el Mirandés en Anduva. En ambos casos los bermellones consiguieron igualar un 2-0 desfavorable, aunque en el partido ante los tarraconenses necesitaron de la colaboración arbitral.

El grupo bermellón ha disfrutado esta campaña de una solidez defensiva de la que había carecido desde el descenso. Sin embargo, ha ofrecido atrás más facilidades de la cuenta que los rivales han sabido aprovechar y, por contra, ha tenido muchas dificultades para reaccionar.

A Fernando Vázquez no le queda demasiado tiempo para armar un equipo más sólido y menos propenso a regalar las ventajas que tanto le cuesta conquistar. Solo quedan ocho partidos para terminar la competición y las dudas crecen en torno a un vestuario al que la clasificación sigue sin darle un respiro.

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