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Preferiría no hacerlo

Una segunda infame

Es bochornoso que el Real Mallorca no pueda aspirar a nada más que a una permanencia a cámara lenta en una categoría cuyo nivel da vergüenza ajena

Al Real Mallorca le llega para una permanencia a cámara lenta -en el mejor de los casos- y para nada más. Lo que resulta francamente bochornoso teniendo en cuenta que esta Segunda División es un monumento a la mediocridad. El rendimiento que ofrecen los equipos que pelean por el ´play-off´ es casi tan malo como el de los que compiten por mantener la categoría. En un campeonato que no diera vergüenza ajena Leganés, Zaragoza y Osasuna -los tres últimos rivales del Mallorca- deberían conformarse con una digna permanencia. Y sin embargo apuntan a Primera División. Vaya papelón está haciendo Fernando Vázquez con el arsenal ofensivo que tiene a su disposición. Pintan bastos con el gallego en el banquillo el próximo curso.

Ocurrencia de la liga

Hace tiempo que la mayoría de campos de Primera y Segunda División sufren una hemorragia de espectadores por culpa de los irracionales horarios que imponen la LFP y las televisiones. Y sin embargo a partir de la próxima temporada la Liga penalizará a los clubes si en las retransmisiones se ven asientos desocupados. Todo para que el espectador que ve el partido desde su sofá reciba una buena "percepción visual". Si Tebas quiere ver estadios llenos, que aprenda de la Premier y la Bundesliga, entre otras competiciones.

El pretexto del sorteo

Ganar la Champions nunca ha sido fácil, y menos si te eliminan en cuartos. El Barcelona digiere mal las derrotas, sobre todo si van acompañadas por éxitos del Real Madrid, pero la realidad es que el grupo de Luis Enrique no es ahora mismo uno de los cuatro mejores equipos de Europa. Sí forma parte de ese club el conjunto blanco, al que critican porque los sucesivos sorteos han sido benévolos. Es exagerado hablar de esa supuesta mística que hay entre el Madrid y la Champions, pero sí es conveniente resaltar que los blancos ponen un extra de fe cuando juegan una competición que se han adjudicado diez veces.

Complacencia blanquiazul

Cualquier futbolista del Baleares cambiaría la pueril Copa Federación por una plaza en el ´play-off´ de ascenso a Segunda A. Así que sostener que ese título salva la temporada debe ser una broma. No se entiende por qué los que deberían ser más exigentes consigo mismos son a la hora de la verdad los más complacientes. El autoengaño solo conduce a nuevos fracasos, pero no deja de tener su mérito regodearse con victorias diminutas. Al menos sirvió para que Ángel María Villar se diera otro homenaje gastronómico en Palma, con siesta incluida en Son Malferit.

El factor entrenador

Tampoco iría mal más exigencia en el Palma Air Europa, aunque al menos por allí no tienen inconveniente en pronunciar la palabra fracaso. Había mejor plantilla y más ambición que la pasada temporada, y sin embargo el proyecto ha terminado en fiasco. Estos desastres siempre son una combinación de bajo rendimiento de los jugadores y decisiones equivocadas de la directiva. En este caso, la destitución de Cepeda y su relevo por Xavi Sastre a mitad de temporada. Es evidente que, como en el Baleares, el cambio de entrenador tuvo un efecto negativo en la dinámica del equipo.

La tierra rescata a nadal

En estos momentos las victorias de Rafel Nadal son difícilmente interpretables, igual que sus derrotas. Ni unas sirven para encumbrarle, ni las otras valen para enterrarle. El mallorquín se quitó un buen peso de encima ganando en Montecarlo -sin la competencia de un Djokovic que cayó en primera ronda- y prosigue la temporada en tierra algo liberado.

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