El Real Mallorca dio un significativo paso atrás en su lucha por la permanencia cediendo un empate ante Osasuna y devaluando notablemente la imagen que había ofrecido las últimas jornadas. Ortuño adelantó al conjunto de Fernando Vázquez en una primera parte aseada, pero el equipo se derrumbó a raíz del empate de Osasuna, consecuencia de un absurdo penalti de Kasim.
Los bermellones vuelven a pisar arenas movedizas después de haber sumado uno de los últimos seis puntos en juego, y terminaron la jornada a tres del descenso. Adiós al confortable colchón que habían logrado hace dos semanas.
La psicosis volvió a afectar a un equipo al que le cuesta un mundo reponerse de los golpes. Dominó con relativa comodidad a su adversario en el primer acto y entregó las armas en el segundo. Toca volver a sacar la calculadora, y los números no salen a no ser que los rojillos pongan fin a la hemorragia de puntos en Son Moix.
Ambos contendientes se propusieron aburrir durante los primeros veinte minutos. Parecían disputar uno de esos partidos de pretemporada en el que no hay nada en juego salvo la honra y en el que el balón está más tiempo parado que en circulación.
El gol del Mallorca supuso un paréntesis entre tanto sopor. Colunga ejecutó un lanzamiento de esquina, Sissoko cedió a Kasim y el ghanés disparó con todo. El rechace de Nauzet lo cazó Ortuño, uno de esos delanteros con instinto que siempre saben dónde colocarse.
La momentánea ventaja dio vuelo al Mallorca, que puso una marcha más y ganó presencia en los dominios de Nauzet. Los rojillos estuvieron particularmente activos por la izquierda, donde Salomao percutió con cierto peligro. Sin embargo, los hombres de Vázquez solo se acercaban al gol a balón parado.
Precisamente en una jugada de estrategia olió el empate Osasuna. Roberto Torres ejecutó una falta y el remate de Nino exigió lo mejor de Timon, muy rápido de reflejos para evitar que el esférico traspasara la línea de meta.
El Mallorca se fue al descanso con el partido más o menos controlado, pendiente de rematar la faena ante un rival apocado. Sin embargo, la segunda parte empezó con malas noticias para los bermellones.
Kasim sirvió en bandeja el empate a Osasuna al cometer un absurdo penalti sobre Nino. El ghanés encimó al hábil delantero cuando se disponía a rematar y el colegiado no tuvo dudas en señalar la pena máxima. Roberto Torres lo ejecutó con precisión.
El empate dio alas al conjunto navarro y dejó sin argumentos al Mallorca. Como tantas veces ha pasado esta temporada, el grupo bermellón se fue a la lona al aparecer la primera adversidad.
Osasuna olió el miedo de su rival y adelantó su posición, sangrando las bandas del bloque de Vázquez. Especialmente la derecha, donde Campabadal era un títere en manos de Álex Berenguer y casi cualquier adversario que le retara.
Demasiado tarde
El Mallorca había entrado en una fase catatónica, cohibido por un rival mucho más suelto. Es más fácil jugar cuando se está en las alturas que bajo amenaza de meterse en zona de descenso. La buena noticia es que casi nunca los navarros tradujeron su dominio en ocasiones claras de gol.
Vázquez renovó casi por completo la delantera y dio entrada a Lago, Óscar Díaz y Brandon. El canterano, condenado al ostracismo con el preparador gallego, protagonizó una buena jugada cuando dejó una gran asistencia a Díaz, pero el remate del madrileño topó con un defensa osasunista.
Los rojillos se desperezaron en el último suspiro. Otra vez Brandon se erigió en protagonista al ensayar un gran disparo desviado por Nauzet. Segundos después Ortuño realizó un gran control y envió el esférico a escasos centímetros del poste.
[if IE 9]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie9.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 8]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie8.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 7]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie7.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif]
[if IE 9]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie9.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 8]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie8.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 7]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie7.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif]
[if IE 9]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie9.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 8]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie8.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 7]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie7.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif]
El bloque de Vázquez ha vuelto al fango, allí donde cada partido es una final. La agónica pelea por la permanencia continuará hasta la última jornada.
