Los años más convulsos del Real Mallorca no podrían explicarse sin la figura de Javier Martí Asensio, un treintañero que colocó a la institución bermellona al borde del colapso pese a estar solo cuatro meses al mando del club. La etapa del madrileño como consejero delegado fue breve, entre agosto y noviembre de 2009. Mucho más largo fue un periplo judicial que acabó en una condena de dos años de prisión y su ingreso el pasado diciembre en la cárcel de Estremera.
Cuando Mateu Alemany tuvo conocimiento de la apropiación de 500.000 euros del club para pagarle a él un primer abono por el Mallorca, recuperó sus acciones y denunció de inmediato al empresario madrileño.
Su primera incursión en los juzgados se remonta a mayo de 2010, cuando reconoció en un juzgado de instrucción madrileño haber transferido fondos del club a una cuenta del Grupo Safín, propiedad de su familia.
El empresario siempre ha reconocido los hechos a todos los jueces ante los que ha tenido que declarar, pero se ha negado a devolver la cantidad sustraída, algo más de 617.000 euros.
En febrero de 2011 el Mallorca presentó formalmente escrito de acusación contra Martí Asensio, al que acusó de estafa y apropiación indebida, y solicitó para él cinco años de prisión.
El juicio debía celebrarse en junio de 2013 en la Audiencia Provincial de Palma, pero se aplazó después de que el exconsejero delegado propusiera admitir su culpabilidad y entregar un piso de en el Paseo de la Castellana que compensaría la cantidad sustraída. El club lo rechazó porque estaba hipotecado.
El madrileño tuvo que visitar los juzgados de nuevo en octubre de 2013, esta vez para responder por el concurso de acreedores. La titular del juzgado número 2 de lo Mercantil le consideró culpable la suspensión de pagos, junto con Vicenç Grande, y le condenó a devolver los más de 600.000 euros.
El empresario rechazó una vez más devolver el dinero y en octubre de 2014 la Audiencia de Palma le condenó finalmente a dos años de cárcel.
Martí Asensio solicitó el indulto como último intento por evitar ingresar en prisión. Sin embargo, el pasado mes de septiembre le fue denegado y en diciembre atravesó los muros de Estremera.
