Que el fútbol no es una ciencia exacta es algo que sabemos los buenos aficionados. Incluso lo tenemos asumido. La literatura en torno a este deporte está llena de estos tópicos. "Fútbol es fútbol", "lo que importan son los goles", y un largo etcétera, para certificar que en este deporte lo decisivo es que la pelota entre en la portería rival si quieres ganar un partido. También es verdad que, pese a que la historia de las ligas está llena de equipos que obtuvieron buenos resultados sin jugar a nada, tampoco se puede negar que la forma más fácil de obtener una victoria es tener la pelota, hacer buen fútbol y crear ocasiones. Lo que ya no estamos dispuestos a aceptar los buenos aficionados es que un factor ajeno a los 22 contendientes sea el que decida un partido como ocurrió ayer en el Zaragoza-Mallorca con el señor encargado de dictar justicia: el colegiado.
Una expulsión decisiva
Los puristas asegurarán que el árbitro del encuentro no marcó ayer ninguno de los dos goles del Zaragoza y que no hubo "robo arbitral", pero la derrota del Mallorca en La Romareda se fraguó tras una decisión poco menos que rigurosa en contra de los bermellones: la expulsión de Aveldaño después de una falta en la banda que mereció la primera tarjeta. Es verdad que el defensa mallorquinista siguió protestando al colegiado pero él, que es el juez de la contienda, no puede mostrar una segunda tarjeta por una incontinencia verbal, cuya gravedad no podemos juzgar porque ni siquiera él la refleja en el acta. El desequilibrio producido en el partido tras dejar a los de Vázquez con uno menos no podía acabar en nada diferente a una derrota de los rojillos. Que se produjera en la jugada inmediatamente posterior a la decisión del árbitro, y cuando la defensa del Mallorca no había tenido ni tiempo de rearmarse no es más que una anécdota. O sea el árbitro no le ganó al Mallorca. Lo hizo el Zaragoza, pero el de negro le puso en bandeja a los maños las condiciones para obtener el triunfo.
El mejor Mallorca
Lo realmente paradójico de todo es que la derrota del Mallorca se produjo en el que posiblemente había sido hasta ese momento el mejor partido de los de Vázquez. El gallego le había ganado la partida táctica a Carreras, logró que su once tomara el mando del centro del campo, en el que se tenía la inestimable ayuda de Colunga. Se creaba sensación de dominio y no se pasaban apenas apuros en defensa. El empate de los maños llegó en una pelota a balón parado, al igual que el gol decisivo, e incluso después de ir perdiendo y jugando con diez, los rojillos tuvieron la ocasión para empatar el partido.
Lorenzo acusa
El fichaje de Lorenzo por Ducati la próxima temporada parece más que cantado, mucho más después de acusar a su equipo actual, Yamaha, de robarle datos en beneficio de su compañero Rossi. El mallorquín asegura que el trasvase de información en beneficio del italiano "no sólo es cuestión de puestas a punto, sino incluso de las marchas que ponemos en las curvas". Está claro que Yamaha privilegia al italiano y eso que el actual campeón del mundo no es él sino Lorenzo. Si a ello le añadimos una oferta millonaria, nadie duda de cuál será la marca que defenderá nuestro piloto.
Nadal en su mejor escenario
La semana que comienza será también la del inicio de la temporada de tierra en Europa para un Nadal que todavía no ha ganado ningún torneo en lo que va de año, algo impensable hace años. Montecarlo es la primera estación y el manacorí dice sentirse a punto, en un calendario en el que aparece marcado en rojo la cita de Roland Garros.
