Dos objetivos diferentes y dos estados de ánimo opuestos. El Real Mallorca se cree capaz de todo después de acumular cuatro jornadas sin perder y distanciarse cinco puntos del descenso, el mayor colchón de toda la temporada. Así que el bloque de Fernando Vázquez se permite el lujo de imaginar una victoria hoy en La Romareda ante un Zaragoza atosigado por las dudas después de encadenar dos derrotas consecutivas.

Un triunfo allanaría al Mallorca el camino de la permanencia y garantizaría mucha tranquilidad dentro y fuera del vestuario para afrontar el último trecho del campeonato. Lo de aspirar a cotas más altas está casi descartado, por mucho que los rojillos se armaran de credibilidad y confianza en caso de salir vencedores de La Romareda.

La victoria el pasado sábado contra el Leganés, líder de la categoría, ha fortalecido a un grupo que ha sufrido muchas depresiones a lo largo del curso porque no ha sabido despegarse de la zona de descenso. La mejoría de los resultados con Vázquez es palpable, aunque el fútbol que practica el equipo todavía deja mucho que desear.

El técnico gallego no ha querido despejar la incógnita sobre si mantendrá el trivote en el centro del campo o recuperará su habitual 4-4-2 después del buen resultado que le dio contra el Leganés. Todo apunta a que optará por este dibujo, que además le permitirá ubicar a Yuste como central -el murciano sentó cátedra la pasada jornada en una posición que le es extraña- y alinear a Colunga, autor de un doblete que tumbó al líder.

La noticia fue ayer la exclusión de Brandon por decisión técnica. Definitivamente Vázquez ha perdido la confianza en un jugador que parecía destinado a explotar esta temporada.

Al Zaragoza de Lluís Carreras también se le acumulan los problemas en el centro de la defensa. Si Truyols y Costas se han quedado en Mallorca recuperándose de sus respectivas lesiones, los maños han tenido que ubicar en el eje de la zaga a Rico, un lateral, para cubrir las bajas de Cabrera y Vallejo. El prometedor futbolista, ganador del Europeo sub´19 con Marco Asensio el pasado verano, ha vuelto a la convocatoria después de dos meses en el dique seco, aunque previsiblemente empezará el partido en el banquillo.

Al igual que el Mallorca, el conjunto aragonés ha tenido un comportamiento muy irregular este curso, pero al menos ha mantenido el pulso por meterse en el ´play-off´. Dos derrotas y un empate en los últimos tres partidos han desinflado el ´efecto Carreras´ y exige al grupo blanquillo una victoria ante el Mallorca que relance su candidatura a volver a Primera División.

Se juega más el Zaragoza, que presumiblemente asumirá el dominio de la pelota desde el primer minuto. El Mallorca, por su parte, tratará de explotar el contragolpe, eso que se le da tan bien desde que Vázquez asumió la dirección del equipo. Todo puede pasar entre dos equipos parejos en cuanto a potencial, aunque luchen por objetivos muy distintos.