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Blindaje a Son Bibiloni

El Mallorca ha aplicado una política de puertas cerradas para evitar que otros clubes capten a sus promesas - Molango y Sureda ahuyentan a los ojeadores que estos días intensifican su presión, e incentivarán económicamente a los canteranos

Política de puertas cerradas. Como cada año a estas alturas de la temporada, el Real Mallorca sufre la presión de diversos clubes que quieren captar a los futbolistas de la cantera bermellona que más han destacado esta curso. Sin embargo, Maheta Molango ha dado órdenes de que ninguna promesa abandone Son Bibiloni. La consigna es blindar la cantera contra la presencia de representantes e intermediarios externos, y persuadir a los chavales de que permanezcan en la isla ofreciéndoles incentivos económicos.

Por contra, las puertas están abiertas para la llegada de futbolistas de la Península. La entidad balear considera que está en disposición de disputar a clubes de superior categoría sus jóvenes talentos.

Cuando la temporada está próxima a su fin son varios los ojeadores que tantean -y negocian- con los padres de los mejores valores de Son Bibiloni. Y cada verano se produce un pequeño desembarco de mallorquines a Real Madrid y Barcelona, preferentemente, pero también a otros clubes punteros de Primera División.

Hace unos días un representante de uno de estos equipos se personó en la Ciudad Deportiva para tantear a un futbolista del Mallorca. Cuando Molango y Carlos Sureda, coordinador de la cantera, fueron advertidos, apremiaron al intermediario para que se marchara.

Uno de los grandes ejes del proyecto de Robert Sarver es potenciar la cantera para que a medio plazo el primer equipo se nutra del fútbol base. Esta vez hay respaldo económico y una decidida intención para que las palabras se conviertan en hechos.

De este modo, Molango está dispuesto a incentivar económicamente a determinados canteranos para disuadirles de que permanezcan en la disciplina bermellona. También se tirará de argumentario: irse demasiado pronto puede truncar una prometedora trayectoria. Y son variados los ejemplos de chavales que abandonaron Son Bibiloni con destino a La Masia o a Valdevebas y detuvieron su progresión.

Desde esta temporada el fútbol base se ha dotado de un código interno de conducta válido para niños y padres. "Deje que el entrenador y el jugador trabajen con tranquilidad. Observe el entrenamiento y disfrútelo como un espectador neutral", aconseja la guía del Mallorca a los progenitores. Y añade, referente a la actitud que deberían tener durante los partidos de sus hijos: "Piense que es usted una persona afortunada teniendo un hijo sano que hace deporte y que será formado para ser un hombre de provecho".

Para los jugadores se establece un estricto protocolo de conducta. "Siempre será obligatorio ir a ver los partidos del primer equipo y hacerlo todos juntos", establece uno de los puntos de la normativa. Asimismo, "se prohíbe el uso de gorras, camisetas de tirantes y chanclas" mientras se represente al Mallorca. Tampoco están permitidos "peinados que no vayan acorde con la imagen del club", y se exige "respeto" a todos los técnicos y "máxima puntualidad" en partidos, entrenamientos o cualquier actividad organizada por la entidad balear.

De este modo, la disciplina y la formación han aparecido este curso como dos elementos muy importantes en la progresión de un jugador, al margen del componente puramente deportivo.

Molango cree que Son Bibiloni puede llegar a ser un referente, tanto a nivel futbolístico como de instalaciones. Se han acometido varias obras de mejora en la Ciudad Deportiva, y se ultima el centro de convivencia para el filial y el primer equipo.

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