El Real Mallorca pudo celebrar por fin una victoria sin vivir pendiente del reloj los últimos minutos del partido. El 3-0 al líder Leganés supone la renta más amplia cosechada en una temporada marcada por los apuros y las estrecheces, incluso cuando el encuentro acababa en victoria bermellona.
Las tres dianas, fruto de los únicos tres remates entre los palos del Mallorca, noquearon a un Leganés que había tenido el partido completamente controlado durante cincuenta minutos. Fue un alarde de efectividad del bloque rojillo, muy criticado a lo largo de todo el curso por sus graves problemas para generar ocasiones y definir ante la portería rival.
El Mallorca conquistó su victoria más holgada en más de un año. En febrero de 2015 el equipo que entonces dirigía Miquel Soler endosó un 3-0 a Osasuna, disparando las expectativas en torno a un conjunto que albergaba la ilusión de meterse en 'play-off'.
Durante la misma campaña, con Karpin en el banquillo, los mallorquinistas habían asaltado el municipal de Palamós anotando un contundente 1-4 al Llagostera.
Un marcador tan abultado este curso 2015/16 era improbable teniendo en cuenta las enormes dificultades que han tenido los atacantes del Mallorca para materializar sus oportunidades. Y más improbable era imaginar un resultado así ante el líder de la clasificación.
Esta temporada el Real Mallorca solo se ha permitido dos victorias relativamente tranquilas. Fue ante el Albacete en Son Moix (2-0) y la Ponferradina en El Toralín (0-2). Los otros siete triunfos conquistados han sido con marcadores muy ajustados.
Colunga (dos tantos) y Ortuño fueron los héroes de la tarde. El equipo rentabilizó al máximo sus ocasiones de gol -como ya sucediera la pasada jornada en Almería- y se sacudió muchos de sus complejos.
Es pronto para saber si el 3-0 de ayer anticipa un Mallorca más suelto ante la portería rival. Antes, Fernando Vázquez deberá decidir si continúa con el dibujo del trivote en el centro del campo o vuelve a un 4-4-2 que, insospechadamente, funcionó.
