Brandon, la estrella emergente del Real Mallorca en la primera vuelta, soporta un papel secundario desde que empezó la segunda parte del campeonato. Su pérdida de influencia en el juego del equipo coincidió con el periodo en el que empezaron las tensas negociaciones para su renovación, pero la firma del contrato no sirvió para que recuperara su mejor versión. Ahora vive sus horas más bajas de la temporada.

No debió ser plato de buen gusto para el mediapunta que el domingo Fernando Vázquez le hiciera salir al terreno de juego en el descuento con el único propósito de ganar segundos al cronómetro. Apenas estuvo tres minutos en el césped de los Juegos del Mediterráneo.

Brandon jugó el último cuarto de hora la pasada jornada contra el Mirandés. Y fue el descarte en la victoria del Mallorca en Huesca unos días antes.

Vázquez tiene más fe en otros futbolistas, pero lo cierto es que el declive del mallorquín empezó antes de la llegada del gallego al banquillo. Por aquel entonces empezaron las duras negociaciones para alargar la vinculación del jugador al Mallorca -llegaron a romperse por las exigencias económicas del canterano- y el aluvión de fichajes llegados en el mercado de invierno para reforzar las posiciones de ataque minaron la confianza del joven jugador, que está muy lejos de aquel Brandon decisivo de la primera vuelta. Mucho tendrán que cambiar las cosas para que recupere su antiguo estatus.