Diario de Mallorca

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Minuto 91

A este Mallorca le basta sumar

Yuste estuvo a punto de dar tres puntos.

Ni domingo de resurreción, ni domingo de gloria, aunque podría haberlo sido si el Almería no hubiera marcado el gol del empate en el último cuarto de hora. Los jugadores del Mallorca se van con la sensación de haber cumplido con su objetivo, que no era otro que conseguir no salir derrotados del campo de un rival directo, al que ahora le siguen sacando tres puntos, más un cuarto invisible del golaverage. Ha sido un encuentro de máxima rentabilidad para el Mallorca de Vázquez que no ha aspirado a otra cosa durante el partido que a mantener el cero en su portería, a no perder, y lo consiguió aunque Cabrero tuvo que recoger un balón de sus redes, después del tanto de Yuste.

Vázquez da por buenísimo el punto. Hay que alabar al menos la sinceridad del técnico gallego que es consciente de las virtudes y carencias de su equipo y de cual es el estado del Mallorca en la clasificación. El objetivo no es jugar al fútbol, tener la hegemonía del partido y hacer ocasiones de gol aunque tengas a algunos de los mejores delanteros de la categoría. El porcentaje de posesión de la primera parte resulta explicativo de lo que veíamos sobre el campo. Un 78% para el Almería y un 22% para el Mallorca. El equipo dejó arriba como un náufrago a Ortuño y se dedicó a poner una muralla ante Cabrero. Lo importante es ir sumando puntos y llegar lo antes posible a los 50 que, casi con toda seguridad, dan la salvación. Ayer fue un pequeño paso de hormiga y el aficionado mallorquinista no puede hacer otra cosa que aguantar lo que se le ofrece y esperar que tan poca ambición nos sirva para salvar los muebles, aunque los dos próximos rivales del Mallorca, el líder Leganés y el Zaragoza de Carreras no nos pondrán las cosas tan fáciles como hizo ayer el Almería, otro equipo diseñado para luchar para el ascenso y que está atenazado por la necesidad de sumar puntos que lo saquen del pozo en que está instalado.

Cruyff era fútbol- La semana que se nos va nos deja el fallecimiento de toda una leyenda del deporte. Johan Cruyff lo ha sido todo en el fútbol. Uno lo descubrió cuando era apenas un niño y él maravillaba con su Ajax de Amsterdam, con el que ganó tres copas de Europa consecutivas. Después admiró el fútbol total que desplegó con la selección orange en el mundial de Alemania 74 en el que injustamente perdió la final. Su fichaje por el Barça fue un golpe bajo para alguien que no siente esos colores, pero la admiración por su juego, su dribling, su sprint corto, su visión del juego no disminuyeron. En su etapa como técnico también transformó el fútbol de forma radical, con un planteamiento y una forma de jugar que ahora mismo sigue siendo de las mejores posibles. Seguro que si Cruyff hubiera visto el Almería-Mallorca de ayer se hubiera avergonzado de que eso se llamara un partido de fútbol. De todas formas no nos queda más que decirle a Cruyff, gracias por tantas tardes de espectáculo.

Nadal vuelve a ser humano. Otro protagonista destacado ha sido Rafel Nadal y esta vez no por un triunfo sino por su retirada en Miami a causa de un ´golpe de calor´ que le hizo dejar la pista en el tercer set cuando jugaba su primer partido individual en un torneo maldito, uno de los pocos Masters 1000 que no ha podido ganar a lo largo de su exitosa carrera. El Nadal extraterrestre, el que aguantaba el dolor indecible y seguía jugando, ya es historia y no cabe otra cosa que resignarse a ello. Vendrán otros triunfos, pero la época del mejor Nadal ya es cosa de los libros de historia. Al manacorí le queda ahora pensar en los torneos de tierra que vienen, con el de Montecarlo como primera cita, y en motivarse con la posibilidad de lograr un décimo título en Roland Garros.

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