No hay nadie que conozca mejor el estado físico y anímico de una plantilla y de un jugador en particular como el entrenador. Solo faltaría, es el que trabaja a diario con ellos. Y también sobra recordar que un técnico no va a tirar piedras contra su propio tejado. Pero tan mal no debía estar Ortuño para ser suplente durante tantos partidos, sobre todo para apostar por un Acuña absolutamente intrascendente. "Veis a Ortuño ahora, pero no lo visteis hace cuatro semanas", dijo ayer Vázquez. Puede ser que estuviera horrible en los entrenamientos, o que haya cosas fuera del césped que no le gusten del delantero murciano, pero llegó a Son Moix despuésde haber marcado siete goles en la primera vuelta en el Zaragoza. O sea, no solo no es que aterrizara en la isla después de estar medio año sin jugar, sino que venía de hacerlo muy bien. En el fútbol se le llama ´ataque de entrenador´ cuando un preparador toma una decisión que al resto le cuesta entender. Una persona tan respetada y respetable como Vázquez tiene todo el derecho a tenerlos porque se los ha ganado con su trayectoria, pero mejor que, si Óscar Díaz no demuestra lo contrario, el mejor ´nueve´ de la plantilla, con diferencia respecto al resto, sea titular. Tiene la portería rival entre ceja y ceja, marcó un buen gol y creó peligro, características que el Mallorca no puede despreciar. Jamás.
