Entrenadores como Valdano o Cruyff eran partidarios de hacer debutar a los jóvenes en el primer equipo cuando se vivía un momento dulce de juego y de clasificación. Creían que incluir a los jóvenes talentos en momentos difíciles y de gran tensión podía generarles frustración si después los resultados no acompañaban. Así se había planificado seguramente la entrada de Damià en el primer equipo. Debía ser el sustituto en momentos puntuales de Javi Ros, hoy en el Zaragoza, e ir creciendo en ese fútbol que lleva en sus botas. Pero la necesidad , y el hecho de que ni Yuste ni Sissoko tengan un perfil creativo, o que el club no haya incorporado a ningún 'cerebro' le otorgan una responsabilidad mayúscula. Si Damià supera la presión será un gran futbolista.
