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Liga Adelante

Dos partidos de ocho puntos

El conjunto de Fernando Vázquez se juega la mitad de la permanencia en los dos desplazamientos a Palamós y a Huesca que afrontará en cuatro días

Fernando Vázquez, durante un partido en Son Moix.

­El Real Mallorca se jugará la mitad de la permanencia en los dos desplazamientos consecutivos que le toca afrontar el domingo a Palamós, feudo de una Llagostera que juega allí de prestado, y el miércoles a Huesca, donde disputará el partido suspendido hace diez días porque un temporal dejó impracticable el terreno de juego de El Alcoraz.

Son dos plazas que marcarán el futuro inmediato del Mallorca en una competición que ya ha consumido 28 jornadas y que se aproxima al momento de la verdad. Llagostera y Huesca son dos firmes candidatos al descenso a Segunda B y, a día de hoy, rivales directos del conjunto de Fernando Vázquez por la permanencia. También está en disputa el ´golaverage´ particular con cada uno de ellos, por lo que la victoria valdrá cuatro puntos.

El triunfo cosechado el pasado sábado ante el Oviedo relajó algo el ambiente, pero no despejó dudas acerca del rendimiento de un equipo al que le cuesta un mundo sacar adelante sus partidos. Necesitó para ganar a los asturianos jugar 54 minutos con un hombre más por la expulsión de Bautista y además que se marcaran un gol en propia puerta.

De este modo, el Nou Estadi de Palamós acogerá una verdadera final por la permanencia entre un Mallorca todavía devorado por las dudas y una Llagostera que apura sus últimas opciones para engancharse a la pelea por la salvación. El grupo catalán, que el pasado mercado de invierno se reforzó con Fofo, está a ocho puntos de los bermellones, que marcan la permanencia con un partido menos. El conjunto de Vázquez aspira a cosechar un triunfo que le permita abrir brecha con la zona de descenso y, de paso, dejar casi sentenciado a un rival directo.

El partido de ida se resolvió con un ajustado 1-0 a favor de los rojillos, que de puntuar ganarán el ´golaverage´ particular con los catalanes.

Tres días después, el miércoles 16, el Mallorca jugará su partido aplazado en Huesca correspondiente a la jornada 27. A día de hoy entre ambos equipos hay una igualdad máxima en la clasificación: empatan a 30 puntos y se ubican en la frontera entre el descenso y la permanencia.

Más que nunca los bermellones están obligados a atender a un ´golaverage´ que con los oscenses es desfavorable después de haber caído 0-1 en la primera vuelta en Son Moix. El que logre adjudicarse el triunfo recibirá además de los puntos una buena dosis de confianza.

Es una final ante un rival directo, uno de los conjuntos más modestos de la categoría que tratará de mantenerse en Segunda una temporada más a base de pelea y sudor, principales argumentos del conjunto que dirige Juan Antonio Anquela.

Base en Barcelona

El Mallorca no regresará a Palma después de disputar su partido en Palamós el domingo. La expedición bermellona se dirigirá a Barcelona y allí preparará el compromiso del miércoles contra el Huesca.

Los bermellones se juegan en los próximos días su credibilidad y la tranquilidad necesaria para afrontar lo que queda de campeonato.

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