Tres entrenadores, un mercado de invierno muy movido y las lesiones habituales durante una temporada son los ingredientes que han imposibilitado ver dos alineaciones del Mallorca iguales en las 27 jornadas que ha jugado el conjunto bermellón.
Albert Ferrer, Pepe Gálvez y Fernando Vázquez han removido la plantilla en busca de soluciones para atacar los baches deportivos que, sin excepción, han sufrido en sus respectivas etapas como entrenadores bermellones. Y en esos intentos por encontrar revulsivos cambiaron futbolistas y hasta planteamientos.
La línea defensiva se ha mantenido más o menos inalterable, y salvo sanciones o compromisos internacionales Timon ha sido el portero titular. En cambio el ataque ha sufrido todo tipo de modificaciones a consecuencia de los graves problemas del equipo para marcar.
Ferrer, que aguantó quince jornadas en el banquillo bermellón, inventó un trivote en el centro del campo que le dio resultado algunos partidos, aunque finalmente no cuajó como solución a los problemas del equipo para sumar victorias. Este sistema -que incluía un doble lateral diestro formado por Company y Campabadal- nació en la visita a Oviedo de la séptima jornada y aguantó con muy pocas variaciones durante varias semanas.
Pese a todo, el catalán nunca pudo alinear dos veces al que consideraba su once tipo. Una lesión de Moutinho le obligó a dar entrada a Arana en la octava jornada. Una semana después Cabrero relevó a Timon, convocado por la selección alemana sub´21.
Chapi tenía más o menos claro cuál debía ser el once que mejor defendería los intereses del Mallorca, aunque los resultados nunca llegaron a respaldarle. Sanciones o lesiones le impidieron formar un once a su entera satisfacción. Solo en su último partido, en la visita al feudo del Alavés, decidió probar con Damià en detrimento de Javi Ros.
Pepe Gálvezsucedió al Chapi y vivió un estreno feliz. El mallorquín deshizo el trivote de su antecesor, volvió a jugar con dos puntas y vivió un estreno feliz con victoria ante el Albacete.
Gálvez dio el timón del equipo a Damià y sentó a Sissoko. Pero en ataque tuvo las mismas dudas que habían asaltado a Ferrer con respecto a Bianchi. El italiano pareció subir el rendimiento a las órdenes del técnico mallorquín, pero fue un espejismo. Incluso Fofo, titular en dos partidos, acabó por tener más influencia que Bianchi en el esquema del preparador bermellón.
El conjunto rojillo jugaba bien, pero persistían los problemas para definir ante la portería rival. Maheta Molango, ya erigido como máximo responsable de la parcela deportiva, aguantó todo lo que pudo al técnico calvianer, pero acabó por destituirle después de que el Mallorca encajara una inmerecida derrota ante el Valladolid en el partido que cerraba la primera vuelta. Gálvez, formando tándem con Alfonso, había dirigido al Mallorca un total de seis partidos.
Le sustituyó Fernando Vázquez, que se hizo cargo del equipo con el objetivo de lograr una permanencia sin apuros y liderar un proyecto ganador la próxima temporada. Hasta el momento el gallego tampoco ha repetido ninguna alineación.
Ha ido acoplando progresivamente a la media docena de refuerzos firmados en enero, lo que se ha traducido en numerosos cambios -a veces sorprendentes- en el once titular.
Partiendo de un 4-4-2, el preparador bermellón ha ido incorporando diversas variaciones y cambios tácticos en función del rival o las circunstancias del encuentro.
El preparador gallego ha contado con Kasim en dos ocasiones para relevar a dos titulares, y trata de definir un ataque más o menos estable en el que solo Lago Junior parece tener el puesto garantizado. El probable regreso de Oriol impedirá que repita once en la visita a Llagostera.
