Lo mejor que le puede pasar al Mallorca es que Robert Sarver y compañía se encuentren muy a gusto estos días en Mallorca. Puede parecer un argumento provinciano, pero si el banquero estadounidense le coge cariño a la isla y al club eso se puede convertir en más posibilidades para la entidad de la que ya es propietario. A buen seguro que la excursión a Valldemossa, Deià y Sóller no le decepciona, pero todavía sería más importante que los once futbolistas elegidos por Vázquez para salir a jugar ante el Oviedo tampoco lo hicieran. Dice Aveldaño que muchos jugadores querrán fotografiarse con la exestrella de la NBA Steve Nash, pero no hay que olvidar que la motivación es muy buena, pero la ansiedad no. Y eso es lo que habrá que controlar en un duelo tan señalado como este. Es un sensacional gesto que tanto Sarver como el exbaloncestista de los Phoenix Suns quieran comer paella en la explanada del Mallorcafé con el resto de aficionados. Si nos atenemos al respeto que le profesan al consejero delegado Molango, se supone que el cariño de los mallorquinistas estará garantizado. Ahora solo falta que la fiesta sea completa con los tres puntos para satisfacer, no solo a los dueños, sino a los mallorquinistas. Al final, siempre son los más importantes.
