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Minuto 91

Semana histórica para el mallorquinismo

Una pasión centenaria: el Mallorca.

El Real Mallorca entró ayer en una semana de celebraciones en lo institucional por algo tan importante para una entidad como llegar al siglo de vida. Cien años en los que algo que nació como un simple club de fútbol, bajo el nombre primigenio de Alfonso XIII, se ha convertido en la seña de identidad de toda una isla y sus habitantes, que han gozado y sufrido con sus victorias y sus derrotas, sus ascensos y sus descensos de categoría y con sus títulos. Detrás del Mallorca no hay solo unos profesionales, hay algo mucho más importante, una masa social y una afición.

Reconocimiento

El acto de ayer en el Teatro Principal sirvió para poner en valor los méritos de cuantos han hecho grande al Real Mallorca a lo largo de estos cien años desde cualquiera de las tareas propias de un club de fútbol: directivos, técnicos o entrenadores. Algunos de ellos estuvieron representados en el acto como Héctor Cúper -que junto con Luis Aragonés, dirigió al mejor Mallorca de la historia- o los tres presidentes que han estado en una final de la Copa del Rey: Contestí, Beltrán y Alemany. Representan un ejemplo de dedicación al club que va más allá de la obligación que tuvieron con motivo del ejercicio de su cargo. Todos ellos sintieron el Real Mallorca como algo suyo y a él le dedicaron muchas horas de su vida. El mallorquinismo, representado por los organizadores del acto de ayer, hace bien en reconocer su trabajo. Son además un ejemplo para los actuales actores del club, representados por la propiedad, norteamericana en este caso, y por un técnico y una plantilla que deben luchar para devolver al Mallorca a lo más alto: en este caso la Primera División del fútbol español.

El conformismo no vale

Aunque tal vez una fiesta como la de ayer no es la mejor ocasión para hacer reproches a nadie, sí llama la atención el conformismo que no debería instalarse en el club ante la delicada situación deportiva del Real Mallorca, flirteando con las posiciones de descenso a Segunda B. El consejero delegado aseguró esta semana, en las horas previas de lo que debía ser una final en El Alcoraz, que estamos ante un "equipo frágil" al que no se podía exigir más "Esto es lo que hay", dijo para referirse a la sensación dejada por los jugadores tras otro empate en Son Moix. Si bien es verdad, como dijo Maheta Molango, que "el escudo no gana partidos", tal vez si la actual plantilla lo sintiera como han hecho algunos de los que ayer estuvieron de celebración, la posición del Mallorca en la tabla sería muy diferente a la actual. El primer momento que van a tener para demostrarlo será el próximo sábado ante el Real Oviedo en Son Moix, en un partido crucial que coincidirá exactamente con los cien años del acta fundacional del club.

Damià Seguí hace revivir el volei

Al margen de las celebraciones futbolísticas, este fin de semana deportivo ha sido el de la confirmación de una carrera meteórica. En apenas tres años, y bajo el impulso decisivo de Damià Seguí, el Can Ventura, un club nacido en Esporles, va a pasar, tras tres ascensos consecutivos, de la Primera Autonómica a la Superliga de Voleibol en la que militará el próximo año. Seguí convirtió al Son Amar, en las décadas de los 80 y los 90, en el mejor club de España, logrando varios títulos de liga, acabando con la hegemonía del Real Madrid en este deporte, y paseando el nombre de Mallorca por las competiciones europeas . Fue una apuesta personal de este empresario triunfador, enamorado del voleibol, y que quiere colocar esta disciplina y a la isla en lo más alto de nuevo. A buen seguro que lo conseguirá porque pone en la tarea algo básico en el mundo del deporte: la pasión por algo.

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