La suspensión del partido en Huesca por el temporal de lluvia y nieve es una buena noticia para el Mallorca. En primer lugar, gana tiempo para recuperar a su larga e importante lista de lesionados, desde Oriol a Costas, pasando por Óscar Díaz y Pereira. En un mes, cuando probablemente se dispute el partido en El Alcoraz, Vázquez posiblemente haya recuperado a la totalidad de los que en estos momentos están lesionados, aunque también es verdad que la presencia de estos cuatro jugadores no garantiza absolutamente nada. Además, la suspensión permitirá al mallorquinismo celebrar en paz y con tranquilidad la gala que esta noche da el pistoletazo de salida a los actos del Centenario del club. A falta de jugarse el partido, no hay que lamentar una derrota que hubiera supuesto teñir de caras largas a los protagonistas de una fiesta que debe ser eso, una fiesta.
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Análisis