El Mallorca presentó ayer el cartel conmemorativo del Centenario del club, obra del pintor Ramon Canet, con la ausencia del presidente Utz Claassen y del consejero delegado Maheta Molango, a pesar de que la entidad calificó el acto de "muy importante". "En el Consejo nos repartimos las funciones y los trabajos, somos un equipo en el que cada uno aporta algo", intentó justificar el vicepresidente Monti Galmés, que estuvo acompañado en el CaixaForum de Palma por los miembros del Comité organizador del Centenario, Toni Tugores y Guillem Reynés, y el propio artista.

Canet, que realizó la obra abstracta de forma desinteresada, mostró su gratitud por haber sido elegido para realizar el cartel, que suponía una "responsabilidad para honrar los cien años de historia del club". El mallorquín explicó el proceso para el desarrollo de la obra. "Es lento porque pintamos con la cabeza, no con las manos. Esto no es algo que se haga en cuatro días. Hice dos carteles más con otras ideas que tenía. Me basé en los colores del Mallorca, que es rojo y negro, y a veces un poco de amarillo. Desde que me lo dijeron hasta terminarlo han pasado tres meses", explicó ante los periodistas.

El pintor argumentó en qué se basó para el resultado final del cartel. "Creo poco en la inspiración, esto es un trabajo de cada día, haciendo esbozos. Mi obra nunca es improvisada, aunque lo parezca, procuro que sea muy meditada", dijo en primera instancia. "No me gusta nunca simbolizar nada porque la pintura es un lenguaje en sí mismo. La simbología está en los colores, pero al final el espectador es el que llega a su conclusión. Hay una simbología clara del color y de las formas, pero no me gusta explicarlo, se tiene que ver", resaltó invitando a los hinchas a ver la obra.

Canet tiene clara la intención que buscaba con ella. "Si el sentimiento del Mallorca no queda patente en el cartel es que en cierta manera he fracasado porque quiero crear emociones en la gente. Si no emocionamos sería un fallo mío", comentó con humildad.

Al evento que sí acudieron Claassen y Molango fue el celebrado por la tarde, sin la presencia de los medios de comunicación, al visitar la sede del Obispado de Mallorca. El Obispo Javier Salinas recibió al alemán y al suizo, junto al vicepresidente Galmés y por los miembros de la Comisión del Centenario, Guillem Reynés y Rafel Bosch. El club informó que el principal motivo de la visita al Obispo era invitarle personalmente a los actos del Centenario y para solicitar una audiencia al Papa Francisco en Roma. Según explicó el Mallorca en su nota, el Obispo agradeció la visita de los dirigentes del club y expresó un profundo interés en que la audiencia sea posible durante el año del Centenario.

Salinas no podrá asistir al partido del día 5 de marzo ante el Oviedo en el Iberostar Estadio, justo cuando se celebrará el aniversario, pero espera asistir a la Gala que se celebrará el próximo domingo en el Teatre Principal de Palma. Con este evento se dará el pistoletazo de salida a los actos de celebración de los cien años de historia de la entidad. El primero de una larga lista.