Las previsiones indican que el Mallorca no pasará una buena tarde en Soria. Condiciones climatológicas al margen -se espera lluvia y no se descarta nieve-, los hombres de Vázquez deberán luchar contra demasiados condicionantes. El primero, la hostilidad con la que, previsiblemente, serán recibidos por la afición numantina, que no olvida la meteórica salida, en el último día de mercado, de Oscar Díaz. El segundo, el tener que jugar con tres hombres que apenas gozan de minutos esta temporada. Empezando por Cabrero en la portería, y terminando por Kasim o Truyols y Damià en el centro del campo. En un partido vital para olvidar la debacle contra el Bilbao Athletic, el Mallorca afronta el partido sin dos de sus puntales en el centro del campo.
En cualquier caso, no ha de ser una excusa porque el Numancia hace la friolera de tres meses que no sabe lo que es ganar delante de su afición. Olvidada definitivamente la sexta plaza, el equipo ha de centrarse en el partido a partido de Simeone y lograr la permanencia cuanto antes. Para ello hay que estar acertado dentro y fuera del terreno de juego, y de momento no se está ni en uno ni en otro lado. En el campo, los números hablan por sí solos; fuera, Vázquez no contribuye mucho con sus apariciones públicas. El mejor ejemplo, su ensañamiento con Timon, de quien ha anunciado públicamente, para que todo el mundo se entere, que propondrá una sanción por su comportamiento ante el Bilbao Athletic. Es verdad que el guardameta alemán ha cometido un grave error, pero no hace falta hurgar en la herida. Y si se quiere así, se le dice en privado. Aunque sea por aquello de que los trapos sucios se lavan en casa.
