Antes de que llegara la época dorada del Mallorca en la elite, con dieciséis años consecutivos en Primera División, el mejor curso de los bermellones entre los mejores se produjo en la temporada 1986/1987, la del play-off. Fue la única ocasión en la que el campeonato se disputó en dos fases. Los seis primeros clasificados disputarían luego una liguilla entre sí por el título, los seis del intermedio por mejorar su clasificación y los seis de abajo por eludir el descenso. Y el conjunto dirigido por Llorenç Serra Ferrer, que acababa de ascender, se convirtió en la absoluta revelación de la categoría ya que luchó por ser campeón.

El fabuloso inicio de los rojillos, liderados por un magnífico Ezaki Badou, Paco Bonet, Orejuela, Higuera y Magdaleno, entre otros, les colocó en los puestos altos de la tabla. En aquella plantilla había llegado un jovencísimo futbolista, procedente del Manacor, llamado Miquel Àngel Nadal, que empezó a demostrar su categoría como centrocampista. Triunfos memorables como el del duelo ante el Atlético de Madrid en el Lluís Sitjar (4-3) alimentaron las esperanzas de éxito de un equipo que estaba cerca en la clasificación del Real Madrid y Barcelona. De hecho, consiguió el pase matemático en la penúltima jornada, venciendo con solvencia al Betis (3-1) con dos tantos de Magdaleno y otro de Bernal. Por primera vez se hablaba en la isla de un posible billete para disputar la Copa de la UEFA, algo que finalmente se quedó en una mera ilusión. Eso sí, tampoco se puede obviar una dolorosa derrota por 7-1 ante la Real Sociedad en Atotxa en la última jornada de esa liga regular, cuando los isleños ya solo pensaban en el play-off.

La fase decisiva no salió nada bien ya que acusó la falta de recambios en una plantilla corta. La lesión de Ezaki, con una tendinitis, se notó demasiado por todo lo que suponía la presencia sobre el césped del internacional marroquí. De hecho, el Mallorca apenas pudo ganar un encuentro, en casa ante el Espanyol, y se tuvo que conformar con la última posición de este privilegiado play-off que conquistó el Real Madrid, por delante del Barcelona, Espanyol, Sporting de Gijón y Zaragoza. Eso sí, en Sarrià ante los 'pericos', los baleares sufrieron un calamitoso arbitraje del andaluz Caetano Bueno, que expulsó a cinco jugadores rojillos -Chano, Orejuela, Higuerra, Hassan y Pepe Bonet-. Esa derrota por 5-0 dolió especialmente porque el Mallorca todavía tenía algunas opciones de meterse en Europa, algo que se esfumó cuando empezaron a aparecer las tarjetas rojas.

No obstante, la temporada fue un rotundo éxito, con masiva asistencia de aficionados al Sitjar. El mallorquinismo, además, adoró al 'Tronquito' Magdaleno, que anotó diecinueve tantos, una barbaridad. Sin ir más lejos, el delantero madrileño fue el máximo goleador español aquella campaña, solo por detrás de Hugo Sánchez y Lineker. Además, en la Copa del Rey alcanzó los cuartos de final por segunda vez en su historia tras apear al Hospitalet ibicenco, al Ibiza, Torevieja, Atlético Baleares y Zaragoza. El Atlético le apartó del camino con solvencia.