Fernando Vázquez se ha convertido en un gran bálsamo para la situación tan crítica que vivía el Mallorca hace solo tres semanas. Lo mejor del aterrizaje del gallego en el Iberostar Estadio no son los seis puntos de seis posibles, sino que sabe lo que quiere y cómo lo quiere hacer. Y eso es básico en un momento complicado. En una época en la que se apuesta, en muchos casos acertadamente, por jóvenes técnicos, recurrir a la 'vieja escuela' puede ser sinónimo de éxito. Tener el 'culo pelao', expresión que tanto utilizaba el añorado Luis Aragonés, también infunde respeto a los futbolistas a la hora de asumir las directrices del entrenador. Pero no hay que engañarse. Este equipo también mejora por la llegada de fichajes que elevan el nivel de la plantilla. Y eso es gracias al trabajo de un Robert Sarver que pone y de un Maheta Molango que dispone.
