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Minuto 91

El Mallorca ve la salida del túnel

Lago Junior, todo un puñal por la banda.

Para que un equipo de fútbol funcione es necesario tener una buena plantilla y una buena dirección técnica pero también es importante que el grupo esté motivado, que crea en sus capacidades y, si puede ser, que se tenga una pizca de suerte. Las tendencias positivas ayudan a conseguir buenos resultados y viceversa. Cuando un equipo está enrachado las pelotas entran en el marco rival, aunque sea pegando en la espalda de un contrario. Eso le pasa al Mallorca del proyecto Sarver, que ha cambiado de rumbo en los dos últimos partidos y que ya atisba una salida al que era hasta ahora un negro destino.

Fichajes con acierto

Aunque todavía es pronto para evaluar a fondo las nuevas incorporaciones, los primeros síntomas nos dicen que Molango ha acertado por fin. Lago Junior demostró una velocidad y una verticalidad por la banda que le hacían mucha falta a este Mallorca. El otro jugador debutante, Ortuño -autor en connivencia con un defensa de la Ponferradina del segundo gol- demostró su carácter rematador y además dio el pase que provocó que el guardameta local tuviera que hacer un penalti a Brandon, que transformado después por Pereira serviría para abrir el marcador. A Salomao no le hemos visto todavía, pero seguro que tiene un sitio en este equipo. Tampoco es descartable que en las próximas horas haya alguna incorporación nueva y que el potencial del equipo aumente, ya que sigue faltando un creador en el centro del campo que suministre balones a los delanteros.

Más resultado que goles. Pese a todo, no hay que caer en la euforia desmedida como le pasará a algunos. Lo mejor de estas dos últimas jornadas no ha sido el fútbol del equipo sino los resultados, pero también hay que decir que los marcadores favorables ayudan mucho a conseguir un mejor fútbol. Con el Mallorca fuera del descenso, la ansiedad va a desaparecer y será el momento en que este grupo deba demostrar cuáles son sus reales capacidades. Más que nunca hay que ir partido a partido y pensar ahora solo en el Bilbao Athletic y no en otras metas. Encadenar tres victorias parecía impensable hasta ahora, pero también se había convertido en misión imposible ganar en campo contrario y ayer se consiguió con más solvencia y agobios de lo previsto. El estilo Vázquez no ha mermado en nada la solidez defensiva del grupo y la peligrosidad y la eficacia que se vislumbra arriba ha mejorado exponencialmente con los refuerzos.

El Atlético Baleares, de mal en peor

Supongo que Ingo Volckman, totum factorum del Atlético Baleares, debe estar arrepentido o maldiciendo el momento en que tomó la decisión de prescindir de Siviero cuando el equipo tenía todavía muchas posibilidades de alcanzar el play off. Ziege no ha mejorado en nada a los blanquiazules y la racha negativa del alemán ha situado al equipo de la Via de Cintura más cerca de los puestos de descenso que de los que llevan a la Liga Adelante. A veces los cambios no son buenos, aunque por fortuna queda mucha liga para cambiar el rumbo.

Djokovic, intratable

El serbio sumó ayer en Australia su décimo primer Grand Slam, en apenas tres sets y con una autoridad insultante ante un Murray más preocupado de discutir cada pelota que de jugarla. El serbio demuestra que está a un nivel inalcanzable para el resto de jugadores, tanto en lo técnico, en lo físico como en lo mental, lo que hace atisbar que puede romper todos los récords en el mundo del tenis. Djokovic se sitúa a apenas tres grandes de Nadal, y a solo seis de Federer y su dictadura amenaza con prolongarse en el tiempo.

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