Una tarde de sábado cualquiera se convirtió en extraordinaria para los dieciséis mil espectadores que acudieron a Son Moix a presenciar el partido del Mallorca ante el Recreativo de Huelva. Aquel 9 de marzo de 2008 los hinchas asistieron a una goleada de escándalo, la mayor de estos cien años en la historia del club en Primera División, gracias a las genialidades de los Arango, Güiza, Ibagaza, un jovencísimo Borja Valero y compañía. Curiosamente aquel equipo, dirigido por Gregorio Manzano, estaba luchando por salir de la zona baja de la tabla, aunque finalmente se quedó fuera de Europa por un punto, en beneficio del Racing de Santander. Lo que es seguro es que en esa jornada quedó claro que el técnico jienense disponía de una plantilla para cotas mayores, algo de lo que se le acusaba, y también que los onubenses, que salvaron la categoría, disputaron un partido calamitoso.

Los elegidos por Manzano para el encuentro fueron Moyà, Héctor, Nunes, Ramis, Fernando Navarro (Molinero, min, 74), Basinas, Borja Valero, Ibagaza (Tuni min.51), Varela, Güiza y Arango (Trejo (min. 65). El once del Recreativo, entrenado por Manuel Zambrano, fue Sorrentino, Edu Moya, Cáceres, Bouzón, Poli, Martins, Barber, Rubén, Camuñas, Varela (Aitor, min. 33) y Sinama Pongolle (Martin, min. 62). "Una goleada como las de antes", fue el titular de DIARIO de MALLORCA de la crónica de aquel partido. Ricard Cabot empezaba su texto de esta manera. "La séptima victoria de la temporada llegó a lo grande, con una goleada como las de antes, como la de los tiempos de nuestros abuelos, cuando no existía el fuera de juego y los partidos se resolvían con marcadores abultados, como el de ayer en el Ono Estadi. Un partido, sin restar ningún mérito al Mallorca, de patio de colegio por las enormes facilidades que dio el Recreativo...".

Al final de la primera parte el resultado ya reflejaba un abultado 5-1. Arango, Güiza, en dos ocasiones y Borja Valero, con otros dos, levantaron de sus asientos a un mallorquinismo que no se creía lo que estaba viendo. Rubén había marcado el tanto del honor de los andaluces. La segunda parte, ya de puro trámite, sirvió para que Arango completara su triplete en un encuentro para la historia de este Centenario.