Debutaba Fernando Vázquez en el banquillo del Mallorca y, lejos de pensar en el clásico "a entrenador nuevo, victoria segura", mi compañero Miquel Vicens nos soltó un "avísame en el minuto 88" que llenó de dudas a la redacción de deportes. Y efectivamente, en ese minuto el joven Wellenreuther -Timon- evitó el empate del Alcorcón. La verdad es que el encuentro del Mallorca no fue nada del otro mundo. Es más, diría que semanas atrás lo habríamos resumido con un "lamentable".
Cierto es que no se pasaron apuros en defensa, quizá porque Vázquez juntó líneas, puso a los dos mediocentros a taponar su zona y obligó a trabajar hacia atrás a los extremos. Y además, un par de pelotazos bien dirigidos evitaron que el Alcorcón se estirara en la primera mitad. Aun así, los de amarillo tuvieron casi más tiempo el balón que los rojillos.
Jugó bastante peor que la semana pasada el Mallorca, e incluso habría que reconocer que las ocasiones fueron mejores de lo que se merecía el equipo. Los jugadores recibieron un gran premio -los tres puntos- por su esfuerzo. Lo destacable del partido es que por fin esta temporada el equipo supo competir y se utilizó a algunos jugadores para lo que valen. Como Moutinho, más válido saltando desde el banquillo, como revulsivo. Con Acuña costará más encontrar cuál es su sitio en el mundo.
