Antonio Oviedo Saldaña (Valencia de Alcántara, Cáceres, 1938), es uno de los personajes que deben figurar con letras de oro en la historia del Mallorca. En la que posiblemente haya sido la peor época de la entidad, a finales de la década de los 70 del siglo pasado, Oviedo se hizo cargo del equipo en Tercera División y lo ascendió a Segunda A en dos temporadas. Pero esta historia ya llegará.

Oviedo, que a sus 77 años todavía trabaja para el club, aterrizó en el Mallorca de la mano de Juan Carlos Lorenzo, con Jaime Rosselló como presidente. El primero de sus tres ascensos lo consiguió como jugador. Y no fue uno cualquiera, sino el primero en la historia de la entidad. Fue en la temporada 59-60. Tras una temporada de infarto, el equipo llegó a la última jornada con la obligación de ganar y que no lo hiciera el Córdoba. Y se dio la carambola. El Mallorca se impuso 1-2 al Levante en lo que ya se ha conocido a aquel equipo como los héroes de Vallejo, que fueron: Zamora, Diego, Guillamón, Currucale, Bolao, Cobo, Febrer, Czoka, Mir, Laguardia y Oviedo. Dos temporadas después, con descenso incluido, Oviedo fue traspasado al Elche. Granada y Levante fueron sus últimos equipos.

A los 41 años entrena por primera vez al Mallorca. Llegó pocos días antes del inicio de la temporada después de que Andrés Quetglas renunciara por la falta de refuerzos. Oviedo debutó en sa Pobla contra un Poblense al que había entrenado la temporada anterior. Ganaron los locales por 2-0 en una lucha fratricida entre los dos equipos por el ascenso hasta la última jornada. Oviedo, que fichó a Iriarte, Gallardo y Sahuquillo, entre otros, ascendió al primer equipo a un chaval de 16 años, Sebastián Nadal, al que el club traspasó dos temporadas después al Atlético de Madrid por ocho millones de pesetas (50.000 euros) de la época. Tras diecisiete victorias consecutivas, el Mallorca logró el ascenso a Segunda B. La afición, que siguió al equipo por todos los pueblos de la isla, despertó de su letargo. Reus, Iriarte, Braulio, Silva, Jaume Bauzà, Chea, Sahuquillo, Mir, Juanito, Pacheco y Lizoain, máximo goleador del equipo con 19 goles, fue el once tipo.

En la temporada 80-81, con los refuerzos de un decisivo Paco Bonet, Orellana y Sancayetano, el equipo logró su segundo ascenso consecutivo, en una temporada histórica. Para los nostálgicos, queda en el recuerdo la goleada al Córdoba en el Lluís Sitjar (5-0) y la remontada al Jerez tras ir perdiendo 0-2 a falta de quince minutos para el final del partido. Seis años después, el Mallorca volvía a la categoría de plata del fútbol español.

A la temporada siguiente se produjo la despedida de Oviedo del Mallorca, que se produjo un 22 de diciembre de 1981 cuando, por unanimidad, la junta directiva decidió destituirle. Solo hubo un voto en blanco, el del presidente Miquel Contestí. Oviedo siempre se quejó de que fue despedido sin recibir ninguna explicación, aunque pudo haber influido la mala relación que, decían, mantenía con alguno de los pesos pesados del equipo. Oviedo, que fue sustituido por Lucien Müller, que dejó al equipo sexto, puede presumir de que, con él en el banquillo, el equipo no perdió ni un partido como local. Llegó al club con 300 socios y se fue con 14.000. Este es su gran triunfo.