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Minuto 91

Los millones en el campo, señor sarver

El aterrizaje del grupo de Robert Sarver en el Real Mallorca, con Maheta Molango como cabeza más visible hasta ahora, ha vuelto a despertar la ilusión de una afición que sueña con volver a reverdecer viejos laureles que hicieron de este equipo la admiración de media España. La sola mención de que el nuevo grupo inversor está dispuesto a aportar 21 millones de euros a la sociedad hizo pensar que los tiempos de vacas flacas se habían acabado.

Ilusión congelada

Han bastado apenas dos semanas para que las dudas o los temores que tienen los más escépticos se hayan visto acrecentados. El Mallorca ha perdido los dos partidos desde que se anunció la llegada del ´amigo americano´, el equipo está más enterrado en la tabla y con la vista puesta en la Segunda B y, por si faltara poco, los dos primeros fichajes que ha hecho la propiedad Sarver, presentados el pasado lunes por el consejero delegado Maheta Molango, son dos jugadores que podríamos sin duda calificar de bajo nivel. Un Adrián Colunga sin equipo, que llega al Mallorca después de varios meses de inactividad, en la última etapa de su carrera tras pasar por varios equipos de Primera española y por uno de la Championship inglesa, y un Pol Roigè, un joven con muchas ganas, como demostró en el partido de ayer, pero que hasta ahora solo puede acreditar en su curriculum media docena de partidos en Segunda División con el Sabadell, equipo con el que ahora estaba jugando en Segunda B, la misma categoría a la que ahora nos asomamos.

Palabra de Cruyff

Una de las personas que más saben de fútbol y de su entorno que conozco, Johan Cruyff, dijo en una ocasión, al preguntársele por la riqueza del Barcelona y cómo debía de administrarse la misma, que los millones en un club de fútbol deben estar en el campo, no en el banco. Lo primordial para que el invento funcione es tener buenos jugadores que hagan grande al club y esto solo se consigue de dos maneras: o invirtiendo en buenos futbolistas o siendo un fenómeno a la hora de captar talentos, algo que solo unos pocos como el Sevilla con Monchi saben hacer y que en cierta manera también funcionó cuando Alemany y Pepe Bonet manejaban el club.

El ejemplo de Asensio

El desembarco de Sarver en el club me ha recordado mucho al que tuvo lugar cuando Beltrán, el hombre que ocultaba en realidad a Antonio Asensio, se hizo con la propiedad del Mallorca que tenía en aquel momento el fallecido Miquel Dalmau. Beltrán compró un equipo en Segunda que acababa de salvar la categoría por los pelos y tenía una plantilla con jugadores de la cantera y algunos otros de calidad difusa, entrenados por Irulegui. En apenas una semana, el Mallorca del doctor de Campanet se reforzó con cuatro jugadores: Kike, del Athletic; Maqueda, ex del Barça; Mitharski, ex del CSKA de Sofía; Fortune, que acabó en el Manchester United, y Fradera, que regresaba del Albacete. Poco después cayó el entrenador. El objetivo era la Primera División y rápido. Sin dudar, y en el mercado de invierno, apenas cuatro meses después, llegarían ni más ni menos que Morales, un goleador que vino del Real Madrid; Stankovic, descubierto en el filial del Estrella Roja de Belgrado por Bonet; el yugoslavo Stanojevic y Dani González, un rápido y hábil extremo cedido por el Atlético de Madrid. El Mallorca no subió ese año porque perdió la promoción contra el Rayo Vallecano, pero puso las bases para el éxito que se produjo al año siguiente en el mismo escenario. Bastaron otra serie de fichajes de primera, entre ellos el del recordado Carlos, para lograr el objetivo. Después ya vino el gran Mallorca de la Recopa, de la final de Copa, del estadio de Son Moix, de la ciudad deportiva y de estar tres lustros entre los más grandes. Si tienen 20 millones de verdad para invertirlos en este club, ya saben cuál es el camino señores Sarver y Molango.

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