El Real Mallorca formalizó ayer el despido de Luis Felippe Carioca, quien ya es oficialmente uno de los fracasos más sonados de la temporada. La rescisión del contrato vino acompañada de duras críticas de la entidad hacia un futbolista que permanecía en Brasil pese a que debía haberse incorporado a la disciplina bermellona el pasado 28 de diciembre.

El club, que motivó el despido en una "intolerable transgresión de la buena fe contractual", acusó al futbolista a través de un portavoz de haber mantenido "una actitud evasiva e irresponsable que supone un incumplimiento muy grave de sus obligaciones".

Carioca se marchó a Brasil el 20 de octubre con permiso del Mallorca para formalizar su visado de trabajo. Debía volver a los entrenamientos el 28 de diciembre, día en el que la plantilla terminaba las vacaciones de Navidad, pero el delantero ha estado dando largas hasta terminar con la paciencia de Maheta Molango. Tal como publicó este diario, el consejero delegado decidió el jueves un despido que se hizo efectivo ayer.

"La despreocupación por parte del jugador es tal que no ha pagado ni el alquiler de su casa de Palma. Su actitud daña la imagen del club", indicó el portavoz de la entidad bermellona.

Carioca, que tenía una ficha de 70.000 euros, llegó al Mallorca en verano como una apuesta de futuro. Sin embargo, llegó a la isla con sobrepeso y exhibiendo un comportamiento poco profesional. La limitación del número de extracomunitarios le dejó sin sitio en el primer equipo.