El Real Mallorca vive uno de sus mercados de invierno más difíciles. La situación clasificatoria -el equipo ocupa puestos de descenso- y la lamentable imagen que ofreció el pasado domingo en Córdoba, han restado mucho atractivo al conjunto bermellón, que en circunstancias normales es un club apetecible para muchos futbolistas. Son varias las negativas que ha recibido Maheta Molango desde que hace doce días se puso al mando de las operaciones.
Ni el dinero, ni la buena reputación del consejero delegado están sirviendo para atraer a futbolistas contrastados a la causa mallorquinista. El último ejemplo es el de Vincenzo Rennella. Molango trató de convencer al italiano para que se incorporara a la disciplina bermellona, pero el ya exjugador del Betis ha preferido incorporarse al Valladolid, rival del Mallorca mañana en Son Moix. El atacante, con experiencia en la categoría, era una de las prioridades de la entidad balear para reforzar la delantera este mercado de invierno.
Borja Viguera, el objetivo número 1 del club desde hace semanas, podría quedarse finalmente en el Athletic. Pero hace tiempo que comunicó a través de su representante su negativa a enrolarse en el conjunto rojillo.
La mala temporada del equipo y la ausencia de un objetivo deportivo atractivo -meterse en ‘play-off’ es casi una quimera- ha disuadido a varios fichajes potenciales, que se decantan por destinos más seguros, aunque sean menos atractivos o impliquen honorarios más reducidos.
Molango argumenta en público que prefiere compromiso a calidad, pero lo cierto es que va a ser muy difícil atraer la atención de futbolistas que podrían dar un salto de calidad a la plantilla.
Hasta el momento el consejero delegado ha firmado a Adrián Colunga y a Pol Roigé, dos refuerzos que generan dudas por razones distintas. El asturiano necesitará varias jornadas para ponerse en forma después de un largo periodo de tiempo de inactividad. Y el catalán será exigido a sus 21 años en una categoría en la que cuenta con muy poca experiencia.
El duelo contra el Valladolid es clave. Un triunfo podría hacer que posibles refuerzos ahora reticentes se decidan a venir a la isla. Por contra, una derrota les ahuyentaría de manera definitiva. No es de extrañar que Molango prefiera no vaticinar por ahora cuántos fichajes podrá firmar de aquí al al final del mercado.
El consejero delegado ha asumido todo el protagonismo en las gestiones, hablando personalmente con futbolistas y representantes. Miquel Àngel Nadal, todavía director deportivo, tiene poco o nada que decir.
