S i hay un triunfo que marque la trayectoria deportiva del Mallorca más allá de nuestras fronteras, este es el que obtuvo la noche del 25 de noviembre de 1999 el equipo rojillo en uno de los escenarios cinco estrellas de la Europa futbolística, el Amsterdam Arena, el mismo en el que apenas unos meses antes Mijatovic había conseguido el gol que dio la séptima al Real Madrid ante la Juventus. Ser uno de los pocos mallorquinistas que fueron testigos directos de aquel 0-1 ante el Ajax, cuatro veces campeón de la Copa de Europa, marca un antes y un después en la trayectoria de un aficionado rojillo.

El Ajax de Amsterdam -que siempre será recordado como el equipo en el que se forjó Cruyff y toda su filosofía futbolística- había sido, hasta la irrupción del Mallorca en su terreno de juego, un equipo inexpugnable en su estadio para los equipos españoles. El Real Mallorca fue el primer equipo que se impuso en el feudo del Ajax, pues ni el Real Madrid, ni el Barcelona, ni el Valencia, ni el Atlético de Madrid, ni ningún otro conjunto habían sido capaces de obtener nunca una victoria en el feudo holandés. Un estadio maravilloso, con una capacidad de 52.960 espectadores, un techo retráctil que se puede cerrar en el caso de que las inclemencias del tiempo así lo aconsejen y que está construido sobre una autopista que pasa por debajo de su césped.

El Mallorca de esa época estaba entrenado por el gallego Fernando Vázquez, que había llegado con la difícil misión de sustituir a alguien que forma parte de la historia de este club, Héctor Cúper, quien el año anterior había deslumbrado en España con un equipoque firmó una extraordinaria trayectoria en la Liga y que se había clasificado para la previa de la Copa de Europa, tras ser capaz de llegar a la final de la última Recopa.

El partido contó con la presencia del fallecido propietario del club Antonio Asensio y estuvo rodeado de circunstancias especiales, toda vez que horas antes de su inicio se conoció que ese iba a ser el último encuentro en varios meses del entonces guardameta titular del Mallorca, Germán Burgos, recién sancionado con trece partidos por una agresión sobre Serrano en el partido liguero contra el Espanyol. Pese a lo que podía parecer, la circunstancia no afectó para nada al ´Mono´ Burgos, fichado para hacer olvidar al inolvidable Roa. El exguardameta de River tuvo una noche plena de aciertos, desbaratando todas las ocasiones que los holandeses fueron capaces de armar ante el perfecto ensamblaje de Fernando Vázquez.

No obstante, el protagonista del partido no sería el ´Mono´ Burgos sino un delantero sevillano que también dejó su impronta a su paso por el Mallorca y que esa noche asombró a la España futbolística: Diego Tristán. Esa fue la primera temporada en Primera División del conocido en su tierra como ´El mago de la Algaba´, quien marcó esa temporada 18 goles en Primera División, lo que le llevó a firmar un preacuerdo con Lorenzo Sanz para fichar por el Real Madrid, aunque después el sevillano no llegó nunca a vestir la camiseta blanca porque Sanz perdió las elecciones y Florentino Pérez anuló ese traspaso ya comprometido, por lo que el jugador acabó en el Deportivo de la Coruña.

El gol obtenido por el sevillano en el Amsterdam Arena en el minuto 35 de la primera mitad fue un prodigio de técnica.

El delantero mallorquinista había protagonizado una jugada magistral minutos antes driblando a tres jugadores rivales en escasos metros fallando en un cuarto regate superfluo. Minutos después repetía la acción, superando a varios jugadores holandeses, pero en esta ocasión, al alcanzar la línea del área, lanzó un derechazo imparable que se coló en la escuadra de Grim. Fue un momento de éxtasis en negro, porque ese era el color de la camiseta que ese día vistió por vez primera el Mallorca.

En el vestuario mallorquinista, los esfuerzos subsiguientes de aquel Ajax en el que se alineaban hombres como los daneses Gronkjaer o Brian Laudrup, hermano del que años después sería entrenador del Mallorca, o Richard Witschge, que había salido del Barcelona tras fracasar en el Camp Nou, fueron estériles y el Mallorca salió del Amsterdam Arena con la eliminatoria encarrilada. Se había marcado un hito del que además del sevillano fueron protagonistas los otros hombres que formaron parte de aquella alineación de un triunfo cinco estrellas que cabe recordar para el mallorquinismo: Burgos, Olaizola, Nadal, Siviero, Miquel Soler, Lauren, Engonga, Soler, Stankovic (Carreras 79?), Biagini (Carlos 73?) y Tristán. Los protagonistas de una victoria histórica, por ser la primera de un equipo español en el feudo del Ajax.