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Preferiría no hacerlo

Otro horizonte

El camino más corto para que Molango llegue al éxito: acertar en las decisiones, rodearse de profesionales competentes e inmunizarse contra personajes nocivos

Está justificado el júbilo por el desembarco de capital norteamericano en el Real Mallorca, aunque a estas alturas todavía no sepamos el cómo y, sobre todo, el por qué. Se sabe que la adquisición de acciones de la entidad balear por parte de Robert Sarver llegó después de varios intentos de compra frustrados en al menos tres clubes de Primera División. De lo que se deduce que el interés primigenio del dueño de los Phoenix Suns no era el Mallorca, sino el fútbol español. Puede que el banquero de Arizona quiera demostrarse a sí mismo que también puede triunfar en un terreno desconocido. O puede que esto sea simplemente un capricho de millonario. Sea como fuere, por fin este desdichado club recibe un golpe de suerte.

Maheta Molango

El primer gran acierto de Robert Sarver al frente de la entidad ha sido dar el timón a Maheta Molango, un profesional con ganas de triunfar y sin hipotecas. Esto último es particularmente importante porque, al menos al principio, inmuniza contra algún que otro personaje extraordinariamente nocivo para el club. El consejero delegado combina un discurso realista con un propósito ambicioso, y sabe que para devolver al Mallorca a la máxima categoría tendrá que hacer cambios en al menos dos puestos estratégicos: el banquillo y la dirección deportiva. Nadie invierte casi 21 millones de euros de la noche a la mañana para dejarlo todo como estaba.

El legado de Claassen

Utz Claassen no acometió los cambios estructurales que necesitaba la entidad porque siempre tuvo en la cabeza ceder el testigo a un grupo de inversores potentes. Además, durante su año de mandato tuvo que hacer malabarismos para que los números cuadraran y el Mallorca se mantuviera a flote. El alemán peleó mucho para morir en la orilla. Prometió un trabajo de ingeniería y acabó haciendo bricolage, pero su legado es incontestable. A alguien del perfil de Robert Sarver no se le capta con palabras, sino con hechos. Y ese ha sido el gran mérito de Claassen. El germano sigue conservando un respetable veinte por ciento del accionariado y, en calidad de presidente, compartirá los focos durante un tiempo con Molango. Sin embargo, queda claro que el Mallorca ha inaugurado un nuevo ciclo.

Cambios

Dinero y buenas decisiones son los dos pilares sobre los que se asienta el éxito en el fútbol profesional. De lo primero hay de sobra, lo segundo se verá con el tiempo. Ayudará si Molango se rodea de profesionales competentes y no de apellidos ilustres.

El Mallorca se borra

Ni siquiera una nueva propiedad, representada por Maheta Molango en el palco del Arcángel, motivó a unos futbolistas que tiraron a la basura el partido y su escasa credibilidad. Parte de los millones que Sarver ingresó en la cuenta del club deben ponerse en circulación este mercado de invierno para llegar lo más lejos posible en la transformación de una plantilla absolutamente fracasada. Pepe Gálvez no tiene la culpa, pero no puede seguir en el banquillo. El vestuario necesita la presencia de un entrenador fuerte; desgraciadamente el interino Pepe Gálvez no lo es.

Inalcanzable Djokovic

Salvo sorpresa mayúscula Novak Djokovic también va a ser inalcanzable para Rafel Nadal este 2016. El mallorquín encajó una clara derrota ante el serbio en la final de Doha. El partido no era demasiado relevante a efectos de palmarés, pero suponía un buen termómetro para calibrar el potencial de uno y otro de cara al presente curso. Y quedó bastante claro que el manacorí sigue sin estar en condiciones de pelear por el número 1 del ránking.

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