La llegada de Pol Roigé responde a lo que pretende la nueva propiedad: jugadores con futuro y que respondan en el campo a la oportunidad que les ofrece el Mallorca. El atacante catalán es el claro ejemplo de futbolista que prometía mucho y se había quedado en el camino. Mucho ruido despertó en su etapa cadete y juvenil, quizá por el hecho de ser centro de una nueva batalla entre el Barça y el Madrid. Como ya ocurrió con futbolistas como Jordi López (exfutbolista del Mallorca y ahora en el Llagostera), Señé (Celta) o Sergio Cortés (cedido por el Mallorca al Burgos), Roigé aterrizó en Madrid y no acabó de despuntar. Volvió a casa y tuvo que reinventarse en la Tercera División catalana. Roigé ha sido de los jugadores más destacados en la primera vuelta de los cuatro grupos de Segunda B y con 21 años responde al perfil de jugador que se busca. Es una inversión, así de simple. Ahora tiene que demostrar sus ganas de hacerse con un nombre y calidad suficiente para aportar algo a una plantilla escasa de talento en ataque.
