Uno de los veranos movidos en el Mallorca fue el de 2009. Apareció Carlos González, hoy presidente del Córdoba, dispuesto a comprar y haciendo y deshaciendo el equipo antes de que se hiciera cargo del club. Incluso, anunció que ficharía a Riquelme y a Figo. Ese verano también había otros compradores: un grupo liderado por Llorenç Serra Ferrer, otro que tenía a Sunil Bhardwaj como intermediario y el Grupo Safín -Martí Asensio, que después compró, aunque eso es otra historia- con el abogado Tomeu Vidal de representante.

Aspirante a dirigir el Real Madrid. Nacido en Canarias, empresario en el sector de la informática y afincado en Madrid, González había querido ser presidente blanco. Presentó candidatura en 2004, pero acabó uniéndose a Lorenzo Sanz y Juan Onieva; arrasó Florentino Pérez. Repitió en 2009, junto a Onieva, pero se retiró tras presentarse la candidatura.

Preacuerdo con Mateu Alemany. En julio entró en escena, reuniéndose con Mateu Alemany, entonces máximo accionista del club, el día 2. El día 17, en la web del Mallorca se anunciaba que se había firmado un preacuerdo de venta por el 93,24% del capital social de la Sociedad Anónima Deportiva.

Riquelme y la mujer de Figo. Esos días, Carlos González anunció sus intenciones con el Mallorca. Quería fichar a Riquelme (que había vuelto a Boca Juniors y tenía 31 años) y firmar a Figo con un supercontrato (5 millones de euros por temporada). El portugués, de 37 años y que estaba en el Inter de Milán, venía al Mallorca... porque su mujer, la modelo sueca Helen Swedin, quería vivir en la isla, según dijo González.

Las reticencias de Alemany y los problemas para llegar a un acuerdo económico echaron por tierra la operación. Todo se fue al traste el 27 de julio, un lunes en el que se debía firmar la venta ante notario. Un paripé que se hizo público porque no había acuerdo posible: a González no le cuadraban los números y quería pagar menos y a plazos; y a Alemany la nueva posición del madrileño le sirvió para no aceptar la venta.

En el análisis del día después, el periodista de Diario de Mallorca Matías Vallés escribió: "En la hora de la última mamarrachada, podemos preguntarnos si hemos perdido algo con la salida de escena del último empresario que tampoco iba a comprar el Mallorca. La respuesta debe ser afirmativa, porque nos hemos quedado sin la esposa de Figo. El fichaje de la modelo había levantado los ánimos de la afición, aunque su contratación llevara incorporado a su marido".

Denuncias cruzadas. "Alemany me ha utilizado, nunca tuvo intención de venderme el Mallorca. He estado esperándole y no ha aparecido. He accedido a todas sus peticiones (?). Se me ha ninguneado", declaró González a la salida del despacho del notario Álvaro Delgado. La historia no quedó ahí, ya que después se cruzaron en los juzgados: González demandó civilmente a Alemany por estafa, y éste respondió con otra contra el empresario madrileño.