Basta con mirar un año atrás para encontrar ejemplos de que reforzarse bien en el mercado invernal puede ser decisivo para el balance final de la temporada. Xisco Jiménez y Yuste llegaron para reforzar a un Mallorca de Karpin que se comió los turrones con solo un punto por encima del descenso. No es que el equipo se fuera para arriba, ni de lejos, pero su participación fue importante para que se pudiera firmar la permanencia a tres jornadas del final, por mucho que en el vestuario hubiera un incendio que Miquel Soler fue incapaz de sofocar. De hecho, otro de los que llegó por estas fechas, Albert Riera, fue más noticia por querer apagar el fuego con gasolina por las diferencias con su entrenador que por su nefasta aportación futbolística.
Ahora es otra historia, está claro, pero es vital que el propietario Utz Claassen y el director deportivo Miquel Àngel Nadal no se equivoquen. Lo importante no es fichar, sino fichar bien. Fichar es traer a Lima, Carioca, Hugo Gomes o Tobías, y fichar bien es contratar a David Costas o Joan Oriol. La diferencia es que ahora el Mallorca no se puede equivocar porque más errores podría tener consecuencias fatales. Hace bien en fijarse el club en hombres de ataque porque, más allá de que Arana, Coro y Acuña vayan a estar a tope para 2016, es evidente que a este equipo le falta un 'jugón' en el centro del campo, y un rematador que muestre menos ansiedad que Bianchi. El italiano ha empezado a oír pitos después de que el mallorquinismo le diera bastante margen, por lo que no se puede quejar. No es que los zagueros y los centrocapistas de corte defensivo haya estado perfectos, pero lo importante para solucionar un problema es detectarlo primero. Y el diagnóstico es claro cuando miran a la parcela ofensiva. Con un poco más de pólvora, el Mallorca estaría un poco más arriba en la tabla y Nadal no tendría que decir aquello de que el ascenso ya está muy difícil. Espero que Gálvez pueda opinar sobre los que tienen que llegar porque es el que a uno le inspira más confianza.
