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Sindicación nula

El juez desestima la reclamación de doce millones de euros de Cerdà contra Serra por vulnerar el pacto que les unía cuando gestionaban el club - El auto, recurrible, considera el acuerdo "incompatible con el funcionamiento democrático" de las sociedades

Biel Cerdà mira atentamente a Llorenç Serra Ferrer cuando ambos gestionaban el Real Mallorca.

­La avaricia rompe el saco. El juzgado de lo Mercantil número 8 de Barcelona ha declarado nulo el pacto de sindicación que firmaron Llorenç Serra Ferrer y Biel Cerdà el 24 de julio de 2013. Y en consecuencia desestimó la reclamación de doce millones de euros que el pollencí pedía al pobler por una supuesta vulneración del acuerdo. Cerdà tiene veinte días para recurrir ante la Audiencia Provincial de Barcelona.

En todo caso, el expresidente del Real Mallorca no ha salido completamente derrotado ya que la sentencia reconoce la extinción de la sindicación, condición ineludible para vender su pequeño paquete de acciones a Utz Claassen.

El juez Miguel Ángel Chamorro González estimó los argumentos de la defensa de Serra Ferrer, ejercida por Joan Buades y Julián Carnicero, y que siempre habían considerado “abusivo” un contrato que en la práctica daba todo el poder a Cerdà. El juicio se celebró el pasado 14 de septiembre en Barcelona.

El auto recuerda “la situación de conflicto que se vivía en el seno de la sociedad” por existir un enfrentamiento entre el grupo de Serra Ferrer, que reunía el 45,94% de las acciones, y el representado por Utz Claassen y Pedro Terrasa, que acumulaba un 44,68%. En esta tesitura, el 5.34% de Biel Cerdà era decisivo para tomar cualquier decisión.

La sindicación dio la mayoría a Serra Ferrer y a Cerdà, que desde entonces reunieron el 51.29% de las acciones con la premisa de llevar a cabo una gestión consensuada.gestión consensuada Sin embargo, pronto afloraron discrepancias entre los dos directivos, y el pollencí fue acumulando reclamaciones millonarias contra el pobler por, supuestamente, violar el acuerdo de sindicación.

Por ejemplo, Cerdà pedía 1,5 millones de euros a Serra Ferrer al entender que el entonces máximo accionista no impidió el cese de los responsables del área económica, de marketing y social de la entidad. El pollencí entendía como vulneración del contrato la destitución de uno de sus colaboradores más cercanos, el entonces director general del club, José María Duran. Igualmente, denunció que, también con la aquiescencia de Serra Ferrer, el Consejo le retirara el coche, el móvil y la tarjeta del club que utilizaba en el ejercicio de su función como presidente del Mallorca.

El pollencí también esgrimió en su demanda que “hubo incumplimientos de la obligación de acudir a los Consejos de administración con una posición previamente consensuada y unitaria”.

El magistrado considera en su sentencia que aquella sindicación propició que “la voluntad arbitraria de una de las partes” acabó decidiendo “el sentido del voto”, lo que considera “incompatible con el funcionamiento democrático que debe presidir las sociedades”.

“El acuerdo de sindicación de acciones del R.C.D Mallorca en sí mismo no es ilícito, sí la finalidad concreta de desapoderar a uno de los firmantes de sus derechos políticos (...)”, explica el escrito.

Asimismo, también se declaran nulas las condiciones incluidas en el acuerdo referidas a una posible venta de las acciones sindicadas a un tercero. Se establecía “un precio no inferior a siete millones de euros” por esos títulos y la obligación de los compradores de contratar a Serra Ferrer y a Cerdà “como responsables de las áreas deportivas y de gestión respectivamente” por un plazo de cuatro años y el reconocimiento de un bonus a su favor, además de un fijo bruto de 350.000 euros por año.

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