Que nadie me malinterprete cuando digo nadie. Con el respeto debido al Girona, me refiero a que el equipo catalán propuso muy poco y se llevó mucho. Apenas tuvo ocasiones de gol en un partido muy plano. Algo repetido en esta competición, de la que el Mallorca no aprende. Una vez más los bermellones vieron cómo se les escapaba otra ´casi´ victoria. El empate dejó ayer en Son Moix un mal sabor prenavideño.
Merecimientos y realidades
Los goles no se merecen, se marcan. Y las victorias tampoco se merecen; o se gana, o no se gana. Al salir de Son Moix escuché, entre otros comentarios, los topicazos de la mala suerte y del arbitraje. Sobre esto último, el árbitro no intervino en el resultado. Y sobre la mala o buena suerte, no creo en ellas. Si las cosas se hacen bien puedes ganar, y si se hacen mal puedes perder o te empatan al final.
Ya van dieciocho jornadas
Tras dieciocho partidos, a tres de completar la primera vuelta, el Mallorca está en zona de descenso, dependiendo de lo que haga hoy el Huesca. Ya no vale aquello de hablar del árbitro, errores puntuales, un entrenador u otro, los cambios, la mala suerte y tantas excusas. Tras dieciocho partidos la conclusión es que el equipo solo aspira a la permanencia. Y todos deberíamos olvidar el falso objetivo pretendido al principio.