Será el de esta tarde-noche el segundo partido de la era Gálvez, que sería de desear que fuera más allá de los tres partidos que le concedieron en principio Nadal y Claassen, porque seguramente ello indicaría que el Mallorca ha enderezado el rumbo y ya ocupa unos lugares en la clasificación más acordes a la categoría del club y a la plantilla que tiene. El primer paso está dado tras la victoria ante el Albacete, pero ahora falta consolidar ese espíritu positivo que se está contagiando incluso a la afición que se interesa hasta por los entrenamientos de Son Bibiloni.
Un duelo made in Mallorca. Pero si hay algo singular en el encuentro de hoy en Tenerife es el hecho de que en los banquillos van a estar dos técnicos criados y desarrollados en Mallorca y el Mallorca: Gálvez y Martí. Dos novatos que han cogido a sus equipos en una delicada situación y que aspiran a tener una larga carrera como entrenadores. Se presumen dos estilos diferentes. Uno el de Martí, que hasta ahora no conoce la derrota, más preocupado por controlar el partido, por "apretar" como decía uno de los técnicos en los que ha bebido, Caparrós. Enfrente, el fútbol de Gálvez, más parecido al estilo de otros técnicos como Luis, que apuesta por el ataque pero que no descarta el contragolpe como nos ha demostrado. La ausencia de hombres como Brandon y Pereira del equipo titular se lo pone más difícil pero habría que pedirle al calvianer que no variará de filosofía. En el riesgo puede estar la ganancia máxima, en forma de victoria, un logro que por cierto no alcanzó Ferrer en su etapa para olvidar. Ahora solo falta que la pelota se digne a entrar .
