No fue hasta el último minuto del último partido cuando el Mallorca consiguió asegurar su presencia en Primera en la temporada 2004-05, un curso a todas luces nefasto. Benito Floro comenzó la campaña en el banquillo de Son Moix, donde solo sumó 5 puntos en 8 partidos, lo que le costó la destitución. Su relevo fue Héctor Cuper, aunque no hubo una mejora en los resultados. El momento más crítico llegó con la derrota en casa por 0-2 ante el Zaragoza. Era la jornada 31 y el Mallorca estaba a diez puntos de la salvación, una distancia que parecía imposible de recortar. Se asumió que el descenso era ya innegociable. De hecho, Cúper llegó a pedir a su plantilla que lo único que quedaba por hacer era intentar "descender con dignidad". Sin embargo, a partir de ese partido los rojillos no perdieron más -4 victorias y 3 empates-.

"El Mallorca ya es equipo de Segunda División". Estas fueron las palabras del presidente del Levante, Pedro Villarroel, que pecó de confianza a falta de cuatro partidos para el final de temporada. El Levante entró en una mala racha y contaba sus partidos por derrotas, aunque Villarroel prefirió dar un mensaje de confianza a pesar de que cada vez tenía más cerca al Mallorca. "Aún les sacamos cuatro puntos y el average. Lo siento por mi amigo Mateo Alemany, pero el Mallorca ya es equipo de Segunda División", dijo el presidente del Levante, que destituyó a Bernd Schuster para apostar por un joven José Luis Oltra. El Mallorca llegó a la última jornada fuera de las posiciones de descenso por primera vez en 30 jornadas. Dependía de sí mismo, pero delante tenía al mejor Betis de la historia, recién proclamado finalista de una Copa del Rey que iba a acabar ganando y que viajó a la isla con el objetivo de clasificarse para la Liga de Campeones con Serra Ferrer en el banquillo. Por su parte, el Levante, con un punto menos, visitaba a un Villarreal pletórico, que estaba obligado a ganar para consolidar la tercera plaza.

No comenzó tranquila la noche en Son Moix. Reggi adelantó al Levante en el minuto 22 y mandó al Mallorca al descenso por unos minutos. Josico y Forlán le dieron la vuelta al marcador en El Madrigal y el conjunto bermellón pudo coger aire, hasta que llegó el gol del Betis. Assunçao ejecutó de forma magistral una falta directa en el minuto 53 y los nervios volvían a aflorar porque un gol del Levante mandaba al Mallorca a Segunda. Sin embargo, a falta de dos minutos para el final y prácticamente de forma simultánea, Forlán sentenció a un Levante que buscaba el gol a la desesesperada y Pereyra puso el empate en Son Moix. El gol desató la euforia, que celebró la salvación como si fuera un título. La tradicional visita a la plaza de las Tortugas sirvió como fin de fiesta para celebrar lo que unos meses atrás parecía imposible: seguir entre los mejores por novena campaña seguida.