Hace dos semanas Pau Cendrós regresó a Son Moix en las filas del Lugo con ánimo de revancha. Esta tarde le toca el turno a Agus, futbolista que acabó marchándose al Albacete después de un largo regateo con el club a cuenta de sus honorarios y una pretemporada entrenando al margen del grupo.
El turbulento verano del central empezó cuando Miquel Àngel Nadal le comunicó que no tenía sitio en el proyecto y terminó con la solución más lógica: el regreso al club de su tierra y en el que había dado el salto al fútbol profesional. Entre medias, una pretemporada entera ejercitándose con los otros descartes y negociando una rescisión de su contrato lo más provechosa posible para sus intereses.
La desvinculación de Agus fue la más costosa para el club, que al final tuvo que acceder a pagarle buena parte del año que le quedaba de contrato. Un desembolso importante teniendo en cuenta que el defensa, que había recalado en el Mallorca en 2013 de la mano de Serra Ferrer, percibía en torno a 230.000 euros por temporada.
Agus se marchó dolido por el trato recibido después de dos temporadas en la disciplina bermellona, tiempo en el que casi nunca pudo sentirse titular.
Tampoco tiene un sitio asegurado en el once del Albacete. Su incorporación al conjunto manchego empezada la competición y después de un verano entrenando casi en solitario le perjudicó. No fue hasta bien entrada la temporada cuando tuvo una cierta continuidad en las alineaciones de Luis César Sampedro.
Fue suplente la pasada jornada, pero la lesión de Pulido y la sanción de Núñez le abren las puertas de la titularidad esta tarde. En el Mallorca, un equipo que sufrió una renovación integral durante el verano, no quedan muchos de sus compañeros de la pasada temporada. Si acaso podrá saludar a Truyols y a Kasim, excompañeros suyos en el centro de la defensa y que hoy se disputan el puesto de Aveldaño.
