Todo listo para que la grada 'Lluís Sitjar' se estrene mañana con pleno de ocupación. Cualquier socio de Tribuna Sol que lo desee puede solicitar una localidad en la instalación en la oficina del abonado de Son Moix hasta pocos minutos antes de que empiece el partido contra el Albacete. También pueden ocupar un asiento los aficionados que no tengan carnet, pero en este caso a un precio de 10 euros.
El club espera ocupar las 1.540 localidades del aforo de la instalación, que ya cuenta con todos los permisos municipales. Ayer informó de que el entrenamiento de esta mañana será a puerta abierta y todos los mallorquinistas que lo deseen podrán presenciarlo sentados en la tribuna provisional para calibrar el efecto que produce la visión del terreno de juego casi a ras del césped.
El Mallorca confía en que al menos detrás de la portería norte los futbolistas se sientan más arropados por la afición, especialmente en un momento de la temporada tan delicado. De hecho, la instalación compartirá protagonismo con Pepe Gálvez, quien se someterá al primero de los tres tests que tiene por delante para afianzarse en el banquillo bermellón.
La infraestructura verá la luz más tarde de lo previsto inicialmente por el club, que confiaba en obtener los permisos municipales antes de que empezara la competición. No fue así, y aunque la construcción de la grada se completó en un tiempo récord, la apertura de la instalación al público llega cuando ya se han disputado quince jornadas de Liga y el equipo está en descenso.
Será la primera vez desde que se clausuró el Lluís Sitjar que se podrá presenciar un partido del Mallorca a escasos metros del terreno de juego, aunque de momento este privilegio estará reservado para los 1.500 espectadores que reclamen una localidad para mañana.
En el resto del campo la pista de atletismo seguirá siendo un obstáculo insalvable, al menos durante esta temporada. Según el proyecto que tiene Utz Claassen en la cabeza, a partir del próximo verano deberían empezar las obras para girar 180 grados el terreno de juego, de modo que el estadio mallorquinista cambiará su actual orientación norte-sur por una este-oeste.
En una tercera fase, más a largo plazo, está planeado que Son Moix sufra una reforma integral que incluirá una permuta del estadio, de propiedad municipal, por los terrenos donde se levantaba el Lluís Sitjar.
El objetivo es construir en la isla un estadio de fútbol que, sobre el papel, sería un referente a nivel europeo.
